Un autogol del ‘Tin’. La Copa Libertadores de América de 2016 no  fue un torneo del todo de ensueño para José Angulo. Su gran participación con seis goles que lo catapultaron al fútbol español quedaron eclipsados con el escándalo que se generó por su posible dopaje.   

“Angulo... Angulo, Angulo”, se podía escuchar en el anfiteatro La Nube mientras el exjugador del Independiente del Valle sonreía emocionado, vistiendo la camiseta de su nuevo club, el Granada. Él solo esperaba su debut, el cual hoy parece una utopía.  

La institución granadina decidió suspenderle el contrato de 4 años “hasta conocer el resultado del contraanálisis o prueba B que se celebrará en los próximos días”, la cual en un 99% da el mismo resultado. Cuatro millones y medio de euros (USD 5,02 millones al cambio actual) quedan en el aire si se anula esa negociación por Angulo.  

Diario El País de España señaló que la infracción del atacante esmeraldeño es “por consumo de cocaína”. Por ahora no hay una información oficial de esta contravención, sin embargo si la hipótesis que maneja el rotativo español es real la sanción sería de dos años calendario de suspensión total de la práctica deportiva.

Es el regreso de un mal. Pese a que el caso de Angulo no es el único en los últimos años el fútbol ecuatoriano se había limpiado. Desde el 2004, cuando se implementaron los controles antidopaje en Ecuador, los  casos de Michael Arroyo, Miller Bolaños y Geovanny Nazareno fueron los más sonados. Independiente ya tuvo uno en el 2011, con Anderson Caicedo, quien fue sancionado por esta grave infracción.

El fútbol se acelera contra el dopaje. ¿Por qué ahora y no antes? “Por el impulso de la Agencia Mundial Antidopaje”, dicen los personeros de la Conmebol, quienes fueron los que realizaron los exámenes a Angulo en la final de la Copa Libertadores y ampliarán su monitoreo con varios futbolistas del fútbol sudamericano.

¿El fútbol ecuatoriano está limpio?  Esperemos que sí.

Este caso que le abre los ojos al futbolista ecuatoriano, deberá servir como ejemplo para todos nuestros jugadores que, como el nuevo ‘Tin’, tienen un sueño de que el balompié sea su proyecto de vida. (O)