El origen del fútbol
Una película animada de Nick Park, Cavernícola (2018), nos pone como hipótesis que el fútbol se inició por accidente, en la era de las cavernas, cuando los primeros habitantes confundieron un meteorito caliente, una señal del cielo, con una especie de pelota y, así, al tratar de sostenerla, iniciaron todo un juego de pases y defensa.
La película es hilarante desde el principio, más cuando todo sucede como si se tratase de un descubrimiento y los personajes se dejan llevar por un destino sin horizonte. El giro se da cuando deben defender sus tierras de unos invasores que prefiguran la “edad de bronce” y dominan el fútbol considerándolo ritual sagrado.
Pues bien, la cuestión está planteada: el fútbol devino en un ritual que congrega a miles o millones de personas hasta el día de hoy y que enfrenta, si bien a jugadores, sobre todo a intereses. La película lo matiza como si fuera una apuesta y, sobre todo, como si en la cancha se desarrollase una guerra normada hasta llegar a una justa resolución.
Y, de hecho, Park, el director de Cavernícola, lo sugiere ya que de lo que se trata es reconquistar unas tierras, un hábitat, y el modo de hacerlo es enfrentar a los poderosos en un juego donde hay estrategias y acciones tácticas, y, en cierto sentido, recuperar el espíritu del juego, como si fuera el designio divino de origen.
En otras palabras, si las diferencias humanas se resolviesen en una cancha de juego, es seguro que otra sería la historia, porque lo que se quiere demostrar es que las diferencias llevan a acuerdos y la pelota es el medio que lleva a lograrlos: entonces, el fútbol vendría a ser la comunión (la común-unión) entre diferentes.
Pero la trama de Cavernícola no es solo el juego del fútbol. Es, además, un relato sobre el liderazgo. En la película ese líder, ese adolescente que quiere cambiar de costumbres y que sabe que su pueblo se encuentra en la encrucijada de perderlo todo, debe llevar a que todos recuperen el concepto que el origen del juego de la vida implica, si bien deseo y decisión, sobre todo, agallas y mirar con firmeza un horizonte futuro.
En tal sentido, la película es aleccionadora; más allá de que sea un producto de la industria cultural que se refiera al fútbol, y este sea hoy la gran industria del entretenimiento, la intencionalidad del filme es hacer ver al fútbol trascendente toda vez que en cada equipo hay un líder y, como tal, la posibilidad de una utopía. (O)