El 18 de julio de 1918, en una aldea a orillas del río Mbashe, distrito de Umtata-Mvezo, Sudafrica, nació Nelson Mandela, quien consagró su vida a luchar contra el apartheid que significó para él y los suyos cárcel, destierro y represión. Después de décadas de incansable esfuerzo, en 1994 ganó las elecciones y promovió la reconciliación nacional. En 1996 constituyó la Comisión para la Verdad y la Reconciliación presidida por Desmond Tutu. En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 18 de julio como el día internacional de Nelson Mandela.

Madiba fallece el 13 de diciembre de 2013, dejando un legado de lucha contra la discriminación racial y una sabia filosofía y práctica de reconciliación.

En Ecuador, por coincidencia histórica, el Tribunal de Justicia debe dirimir si la primera sentencia por el delito de odio racial que se conoce en el país, fue cumplida integral y adecuadamente por quien lo cometió siendo instructor en funciones de una escuela militar, que afectó los derechos y el proyecto de vida de Michael Andrés Arce Méndez, joven afrodescendiente que a finales de 2011 soñaba convertirse en general de la República.

La justicia ecuatoriana luego de un largo proceso falló determinando que se cometió el delito de odio, y ordenó una pena privativa de libertad al infractor y dispuso como medidas reparatorias la atención psicológica, pago de daños y perjuicios, publicación de la sentencia y disculpas públicas.

Estas últimas son un tema de debate social, mediático e institucional; puesto que para el infractor como para las Fuerza Terrestre, se ha cumplido con la disposición judicial, pues el evento se realizó al interior de la ESMIL, en un lugar importante del recinto. 

Para Michael Arce, su familia, las organizaciones afroecuatorianas, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y un sector de la opinión pública, las disculpas no cumplieron con su finalidad, ya que se efectuaron en un lugar inapropiado y sin las condiciones de dignidad que permitan resarcir el daño ocasionado.

A criterio de la Fiscalía, lo que sucedió el día 10 de julio no fue una forma de resarcimiento, por lo que solicitó al tribunal señale un nuevo día y hora y un lugar adecuado para la realización de las mismas, tomando en consideración el contexto y mensaje que debe enviarse al pueblo afroecuatoriano y a las demás etnias y nacionalidades.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo observó que las disculpas públicas constituyen medidas que proyectan socialmente la verdad, justicia y reconciliación, por lo que debe ser un acto formal, solemne e idóneo, en el lugar donde ocurrieron los hechos.

En esa perspectiva, en mayo de 2012 exhortó a la ESMIL para que este acto se lleve ante autoridades, instructores y cadetes de la institución militar, promoviendo la garantía de no repetición y abriendo las puertas de una reconciliación digna y justa. (O)