Los LGBTI tenemos dos espíritus
Es irresponsable pretender que hoy representantes de la Iglesia católica, a través de una supuesta libertad de expresión, promocionen abiertamente la intolerancia, irrespeto y con ello la discriminación y violencia en contra de nuestras poblaciones LGBTI (Lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex), como lo ha hecho el arzobispo José Mario Ruiz Navas, en un artículo de opinión del diario El Universo, del 08 de julio del presente.
Discursos y opiniones “elaboradas” como esta, han costado vidas en el mundo entero. Solo recordemos a aquellos líderes que invitaban a la gente a odiar a los judíos. Aunque soy atea, no creo que el camino de Dios, sea fomentar el odio entre hermanos.
Que la religión católica, a través de algunos de sus representantes, manifiesten que reconocernos per se no son derechos humanos, es una anulación y menoscabo hacia nuestros derechos, según el Art. 11. Nº2 de nuestra carta magna, la que reconoce que ser LGBTI es un derecho fundamental, es decir, de vida.
Los países que sancionan los discursos de odio sin importar si provienen o no de un representante de la Iglesia católica o cualquier otro credo, son la muestra del respeto al artículo 13, Nº2 que habla sobre la responsabilidad ulterior en la Convención Americana de Derechos Humanos, más conocida como el Pacto de San José de Costa Rica, que también se encuentra recogida en nuestra LOC en el Art. 19.
Las poblaciones LGBTI no buscamos que los heterosexuales abandonen sus creencias, por el contrario las respetamos. Pero así mismo buscamos respeto. Por tanto, si a usted no le gusta el matrimonio LGBTI, entonces no se case con personas de su mismo sexo. Nosotros sí lo haremos y buscaremos las garantías legales para hacerlo.
Ciertamente el matrimonio viene del derecho canónico a pesar de que hablamos del matrimonio civil. Ajustándonos estrictamente a su significado tenemos dos opciones: legalización del matrimonio LGBTI en Ecuador o la abolición del matrimonio como ya lo propuse en marzo de 2014 y quedarnos como un estado que reconoce solo la unión de hecho.
Por otra parte, la investigación de la Universidad de Melbourne (Australia) demostró que no hay mayor diferencia entre los hijos de las parejas homosexuales y el resto de la población. Consecuentemente según resultados, los hijos de padres del mismo sexo, tuvieron puntajes más altos que el promedio nacional, en cuanto a salud global y cohesión familiar.
Finalmente, antes de las imposiciones morales cristianas que llegaron con la conquista española, según el estudio de Jacobs, S. de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), los nativos americanos e indígenas consideraban a los LGBTI como berdaches o de “dos espíritus”. Fuimos vistos como dotados de dones por la naturaleza y, por lo tanto, capaces de entender los dos lados de todo, lo que una persona de un espíritu como usted, no podría entender. En todo caso, lo invitamos a reunirse con nosotros para que aprenda más sobre el respeto a nuestros derechos humanos. (O)