Punto de vista
La persona está llena de complejidades
¿Uno es uno o es uno y su entorno, sus realizaciones y sus proyectos? Esto no es solo un tema metafísico, una disquisición filosófica y abstracta. Es la esencia de la vida. Determinará mi sentir, mi considerar, mi toma de posición en muchos aspectos.
Artículos que hablan de las pérdidas, de la soledad, de la muerte, de las comunidades que integran o las que expulsan a sus viejos, de las sociedades previsibles y de las otras, de las gregarias o individualistas, de las que estimulan la gerontocracia, la plutocracia o la hebecracia. Los ‘expertos progres’ de la gerontología nos pasamos el tiempo queriendo reivindicar a los viejos y su tiempo, y nos quedamos exaltando nuestro sacrificio en el trabajo, nuestro aislamiento y el de los viejos y en los temas melancólicos.
Si uno es solo uno, pensaremos en cada etapa de la vida como ciclos separados y compartimentos estancos. Soy ahora, no tengo nada que ver con lo que fui ni con lo que seré. En este caso consideraré en cada aquí y ahora, lo que gano y lo que pierdo, lo que puedo y lo que no puedo. Lo que puedo en relación a lo que pude. Voy a sufrir las noches sin gozar los amaneceres.
En cambio, si yo soy yo y mi vida anterior, la presente y la proyectada, yo y mi sentir, yo y mis proyectos, yo y mis realizaciones, yo y mi entorno micro, meso y macro, o sea mi familia, mi comunidad, entonces podré gozar con lo que soy y lo que tengo, enmendar lo que pierdo o me falta, proyectar en mí o en los otros, mis otros, lo que deseo, y que volverá a mí, llenándome.
Sentiré que el envejecimiento es un hilo continuo, el hilo de la vida, donde la misma noción de mi finitud me impulse a hacer cosas, para el afuera o el adentro, para el otro, entorno, comunidad, o para mi interior, facetas de lo mismo, que me harán sentir vivo, con una razón de ser con un objetivo de mi venida, y mi existencia, más allá de mi cronología, de mis años.
¿Qué corro menos que antes? Camino más o lo disfruto igual.
Por suerte la intensidad del disfrute es una medida cualitativa, independiente de la edad. Que lo digan los niños, que a veces les gusta más o se divierten más con la caja que con el costoso juguete que iba adentro.
Recuerdo mi infancia, en la que una pelota de trapo, cosida por mi abuela, era nuestro máximo disfrute. Importa lo que nosotros ponemos en las cosas, en cada época de nuestra vida. Importa nuestro hilo continuo, cómo lo vayamos alimentando día a día, acto a acto. Como nos asombremos con cada aurora y gocemos con cada atardecer, premio de la jornada vivida y principio y proyecto de la próxima aurora.
Por suerte no todo está hecho. El mundo, el otro, yo, espera nuestro aporte. Lo que hagamos, lo que pensemos, lo que copensemos, lo que seamos. Se tenga la edad, las posibilidades y los medios.
Cada uno tiene distinta responsabilidad en la construcción propia, la del entorno y la de su comunidad. Pero entre todos la construiremos. (O)