La confesión de Andrés Iniesta
Cuando hablamos de fútbol, generalmente pensamos en nuestro equipo favorito, en los mejores goles de la jornada, en las chances de alcanzar un campeonato y hasta en las posibles lesiones. Pero comentamos poco del futbolista más allá de su trabajo. Quizás se mencione si tuvo algún problema con la justicia o si se lo vio de fiesta antes de un partido, pero rara vez pensamos en ellos simplemente como seres ‘comunes’, con problemas similares a los nuestros. Tendemos a verlos como súper humanos de los cuales cada domingo esperamos que rindan al 110 por ciento.
Pero detrás de ser el mejor, de sueldos muchas veces exorbitantes, de la admiración en la cancha y fuera de ella, hay un ser humano del cual en verdad se conoce poco. Y tampoco es que nos lo deben, es que, de verlos cada domingo, de comprarnos su camiseta, llegamos a pensar que hasta los conocemos. ¿Pero es esto verdad?
El histórico mediocampista del Barça, Andrés Iniesta, ha sido noticia estos días y no precisamente por hablar de fútbol sino por desnudarse emocionalmente en el programa español ‘Salvados’ y hablar de la depresión que sufrió en 2009, tema que se profundiza en el libro ‘Andrés Iniesta, la jugada de mi vida’, escrito por los periodistas Ramón Besa y Marcos López.
Para ese año, Iniesta ya era reconocido como uno de los referentes del fútbol por su comprensión y por ser clave en los triunfos del Barça. Sin embargo, vivía un vacío. “A las personas nos mueve la ilusión y en una situación así no tienes nada, no sientes las cosas. Deseaba que llegara la noche para poder tomarme una pastilla y descansar" declaró en el programa.
El libro narra que, en su momento, Pep Guardiola, le dio permiso para abandonar las prácticas. “Y muchas veces, en ocasiones apenas a los diez minutos de entrenamiento, Andrés ya enfilaba el camino de los vestuarios desconcertado por sensaciones que no le dejaban vivir en paz consigo mismo”.
Ni la prensa, ni los fans tenían conocimiento a ciencia cierta de lo que él vivía. El ídolo del Barça fue capaz de pedir ayuda, de seguir un tratamiento y tener un entorno de apoyo para superar su depresión.
No es la primera vez que un futbolista habla de este mal. En 2008 Gigi Buffon recalcaba haber vivido seis meses con esta enfermedad y afirmaba la importancia de haber recibido un tratamiento psicológico a tiempo. Sin embargo, no todos logran lidiar con ella. El 10 de noviembre de 2009, Robert Enke (arquero alemán) se suicidaba luego de seis años de depresión que se agudizaron con la muerte de su hija de dos años. El deportista no es, como muchas veces pensamos, un súper humano. Detrás de esos triunfos y las luces de la fama, muchas veces hay duras realidades.
Los futbolistas, al ser ídolos, quieran o no; son escuchados por una gran audiencia. Iniesta ha sido valiente al compartir su experiencia. Su confesión nos acerca hacia el ser humano más allá de los goles y servirá para visibilizar, hablar e informarnos más sobre este trastorno que según la OMS afecta a 300 millones de personas.
Aproximadamente un año después de superar la depresión, Iniesta hacía vibrar a su país marcando el gol contra Holanda en la final del Mundial de Sudáfrica. Esa misma voz que gritó gol a todo pulmón y le dio el título mundial a España, hoy nos lleva a reflexionar en la importancia de buscar ayuda profesional al sentir las primeras señales de una posible depresión. (O)