Las burlas del chat de Telegram son solo un vehículo para que la población de Puerto Rico manifieste su insatisfacción contra el gobernador Ricardo Rosselló y la crisis económica de la isla, que está ligada no solo a las autoridades locales, sino también al gobierno federal de Estados Unidos.

Puerto Rico es un Estado Libre Asociado (ELA) a Estados Unidos desde 1952, donde el gobernador es la figura política representativa de la isla, pero su soberanía está articulada al Gobierno estadounidense.

En este sentido Washington no ha dimensionado la magnitud de la crisis del país, que es de larga data, y tiene que ver con la capacidad productiva y con la forma que la economía de la isla se vincula a Estados Unidos y al mundo.

Cuando un estado dentro de Estados Unidos de América se encuentra en una situación como la de Puerto Rico el gobierno federal declara una emergencia e interviene inyectando fondos para neutralizar la crisis, pero esto no ha ocurrido con Puerto Rico, no hay una visualización de la emergencia en la isla. Entonces el telón de fondo es la crisis económica y la ausencia del gobierno federal de Estados Unidos.

La Cámara de Representantes de Puerto Rico aprobó en julio de 2018 una resolución para reclamar al Congreso de EE.UU. la anexión de la isla caribeña como el estado 51 del país norteamericano. Un sector de la población tiene expectativas de mejoras en torno a este tema, pero no hay una recepción positiva por parte del gobierno federal de Estados Unidos ni del Congreso.

Anexar a Puerto Rico a Estados Unidos, además, implicaría un problema político dentro de la isla porque también existen fuerzas independentistas, que demandan la eliminación del protectorado de Washington sobre esta pequeña isla del Caribe.

En el contexto actual, uno de los escenarios probables es que el gobernador Ricardo Rosselló renuncie, ya que se enfrenta a un posible proceso de interpelación (impeachment). Si esto ocurre posiblemente se tenga un nuevo  gobierno que también tendrá que afrontar la crisis económica. (O)