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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La aplicación de blockchain a los temas energéticos

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La tecnología de cadena de bloques nació en la generación de la cripto-moneda Bitcoin. Satoshi Nakamoto desarrolló esta tecnología como soporte para las transacciones mediante dicha moneda en 2008. Blockchain, como su nombre lo indica, se refiere a una cadena de bloques que contiene información relevante. Cada bloque está compuesto por un identificador único, el identificador del anterior y del siguiente, la información de la transacción y un “string” que es una cadena de caracteres que se la genera mediante un algoritmo “hash” (SHA-2), tomando como entrada varios elementos, este conjunto de caracteres es único por cada bloque.

Cada nuevo bloque agregado a la cadena es analizado y validado por un minero (miner, en inglés), este proceso verifica su consistencia y de toda la cadena (proof of work, en inglés), brindando seguridad muy robusta, ya que contiene información de los bloques enlazados. Adicional a esto, para verificar las transacciones, se utilizan “contratos inteligentes” (smart contracts, en inglés), que se ejecutan de acuerdo a una solicitud de dos o más nodos que desean realizar una transacción. Esta tecnología en principio es una base de datos distribuida que mantiene la información en todos los nodos que componen la red. Se considera una tecnología de última generación y una evolución de la Internet.

Existen varias aplicaciones de blockchain en cripto-monedas, finanzas y sociedad digital. Como se trata de una base de datos distribuida, tiene una infinidad de aplicaciones, entre las principales tenemos: Bitcoin, Ethereum, Solarcoin, Litecoin o Ripple. De acuerdo al artículo “How Mistrust And Rebellion Are Fueling The Bitcoin Boom” Bitcoin obtuvo un máximo incremento de su valor de mercado en un 1600% en 2017 (18.000 USD/BTC).

En el caso del Bitcoin, se transmite una llave pública y una privada en una transacción para evitar que la información pueda ser visualizada por piratas informáticos o cualquier otro tipo de usuario. Existe un registro de todas las transacciones en un “libro mayor compartido” (shared public ledger, en inglés) que está distribuido hacia todos los bloques de la cadena. Según varios estudios, hay diversos factores que podrían hacer que una cadena de bloques se vuelva vulnerable, estos pueden ser: el procesamiento de datos utilizando el 51% de recursos que provocaría un colapso en la cadena, la interrupción del proceso de los mineros, el robo de llaves privadas, o el uso de esta tecnología para actividades ilegales.

En el ámbito energético existen varias aplicaciones a nivel mundial como: SolarCoin (SLR por sus siglas en inglés), que incentiva a la generación de electricidad mediante energía solar, es decir, por cada Megavatio hora (MWh) generado, el usuario gana el valor equivalente a un SLR. El ElectricChain, soportado por esta cripto-moneda, es una cadena de bloques donde se almacena información de más de 7 millones de generadores de electricidad solar a nivel mundial, permitiendo monitorearlos en tiempo real.

Otro ejemplo es el Share&Charge, una App que es utilizada en una red de electrolineras que permite realizar recargas de vehículos eléctricos. Su estructura base es Ethereum y maneja varios tipos de contratos inteligentes, para cualquier tipo de transacción; además, es una cadena de bloques que mantiene la estructura original del “Blockchain Bitcoin”, pero con varias mejoras; su moneda es el “Ether” o gas, que se utiliza para costear el número de pasos utilizados en el procesamiento computacional, es decir, mientras más tiempo se demore en procesar una solicitud de transacción, mayor será el consumo de gas.

En el país, al momento no se ha implementado esta tecnología en el ámbito energético, por lo que es una oportunidad para promover nuevas aplicaciones que transformen el modelo de gestión de información energética actual hacia las nuevas tecnologías.

De acuerdo a este análisis, blockchain puede ser utilizada para cualquier tipo de aplicación que requiera de almacenamiento y disponibilidad de información, que sea segura y que mantenga la robustez y confiabilidad en cada transacción. Se puede plantear en el desarrollo una cripto-moneda que incentive a los usuarios a generar energía eléctrica mediante energías renovables, ya sea a través de la implementación de paneles fotovoltaicos o aerogeneradores de baja potencia en sus viviendas. Cuando se realice un manejo eficiente de los electrodomésticos del hogar, el usuario obtendría su equivalente en cripto-monedas, para luego ser canjeadas por electricidad. La aplicación de estas propuestas requería de un registro del consumo energético realizado en la vivienda, por lo que blockchain facilitaría dicho proceso y mantendría un histórico de la información.

Otra aplicación podría ser, con base en el relanzamiento del “Programa de Eficiencia Energética para la cocción por inducción y calentamiento de agua con electricidad” (PEC), ayudar a promover el uso de las cocinas de inducción o duchas eléctricas en los hogares; se podría plantear que, por cada 100kWH utilizados en esta clase de artefactos, el usuario pudiera obtener el equivalente a 1 “PECCoin” que sería canjeado por utensilios de cocina como ollas, sartenes, incentivos tarifarios u otros. El registro del uso de las cocinas o duchas eléctricas se almacenaría en una cadena de bloques, que a la vez, facilitaría al cliente verificar su consumo mensual y tomar medidas eficientes a través de un aplicativo web o una App de libre acceso. De este modo, además de ayudar a incrementar la incorporación de las cocinas de inducción y duchas eléctricas en los hogares ecuatorianos, se concientizaría su adecuada utilización.

Por último, un gran limitante en el sector energético para el análisis, procesamiento, control, difusión o generación de información, es la inexistencia de un registro de datos disponible al instante, para todos los interesados, que conserve una estructura estándar de los metadatos. En ese sentido, se podría proponer una red nacional de “sensores”, entendiéndose a estos como equipos especializados que controlen y contabilicen ciertos parámetros energéticos registrando información en tiempo real en una red descentralizada, como por ejemplo: consumo de electricidad en las viviendas, despacho de combustible en gasolineras o producción de Gas Licuado de Petróleo (GPL) en refinerías. El dato ingresado por cada “sensor” podría ser validado por su “agente” correspondiente, mediante contratos inteligentes que ayudarían a mantener la información depurada en la red. Con el soporte del blockchain se facilitaría la distribución de la información y procesamiento computacional que podría ser ingresada, visualizada y controlada a través de un sistema de información web o una App, que permitiría a los involucrados acceder a la información energética en tiempo real desde cualquier lugar del país o del mundo.

La propuesta de la aplicación de la cadena de bloques es factible en el país; no obstante, es importante reconocer que se requiere de la consolidación de esfuerzos de los involucrados en el sector energético para promover este nuevo modelo de gestión de información, con el soporte de tecnologías seguras, confiables e innovadoras.

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