J. F. Velasco en el Ministerio de Cultura
Cultura es un concepto en constante evolución. Es el conjunto de ideas, comportamientos, símbolos y prácticas que con el tiempo se ven influenciados por nuevas formas de pensamiento. Antropológicamente son patrones aprendidos con estándares ideales estéticos diseñados para satisfacer necesidades. Louis Althusser propone que el principal componente de la cultura es la ideología que representa los intereses de la élite. Es todo lo que incluye en el conocimiento, creencias, arte, moral, derechos, costumbres, hábitos y capacidades.
Desde estos argumentos, Juan Fernando Velasco tiene un desafío que va más allá de las “tarjetitas” de amor, que lo dieron a conocer con el grupo Tercer Mundo en los años 80. No será sencillo en “[…] este país que va con alegrías y dolor con gente linda y con canallas que nos roban la ilusión, que no le teme al porvenir que no se deja derrotar, que no me pide visa y al que siempre quiero regresar […]”.
Tendrá que replantearse la cultura como eje de transformación social, con políticas culturales claras e inclusivas, socializadas con todos los sectores.
El nuevo Ministro guarda competentes ventajas: ha estado vinculado con la cultura, es un referente artístico, ha recibido el reconocimiento dentro y fuera del país; nació, “[…] en este país de niños pobres y almidón, endeudados con los mismos que se lo llevaron todo […]”; ahora tiene un reto que rebasa las románticas y sentidas melodías, los conciertos y espectáculos; ya no es jurado calificador, debe en su gestión tomar decisiones, romper los estereotipos desarrollados a lo largo de la historia, regresar la mirada al sector popular. Entender que la cultura tiene un efecto acumulativo porque las modificaciones generadas por una generación pasan a la siguiente con los aliños respectivos; donde, en unos casos, se pierden; en otros se bifurcan o incorporan nuevos aspectos que buscan mejorar la vivencia de las nuevas generaciones.
Nuestros pueblos y nacionalidades, tradiciones, música, danza, forma de vestir, gastronomía, arte, religión, etc., son los componentes de nuestra cultura, en ellos debe plantearse objetivos concretos; de no lograrlo recibirá un ensordecedor “Chao Lola”. (O)