Las iniciativas son viables
La crisis penitenciaria del país viene de hace muchos años. Es acumulada, entre otras razones, porque existe una norma penal que no ha sido reformada y hoy resulta insuficiente, ya que no ha logrado resolver el problema de la violencia al interior de las cárceles mientras se ha agudizado el liderazgo y cierto control que tienen las bandas delincuenciales organizadas dentro de los centros de rehabilitación.
Es necesaria la creación de unidades de inteligencia en cada una de las cárceles, un servicio de inteligencia que cuente con herramientas para poder desactivar a las bandas, identificar a los cabecillas y no unirlos. Ante eso son oportunas las tres medidas dispuestas por el Gobierno para enfrentar la problemática.
La reclasificación de los detenidos de acuerdo a su peligrosidad es necesaria, pero debe darse en forma programada y no al ojo como se lo ha hecho en muchas ocasiones, sino previamente contando con un informe que permita establecer dónde están los cabecillas, quiénes son y cuál es el sector del país que controlan para de alguna forma no tenerlos cerca del área de influencia.
Respecto al mejoramiento de la tecnología y equipamiento para obtener información que permita prever posibles actos violentos, tengo entendido que se cuenta con alrededor de 25 millones de dólares disponibles. Con eso se puede implementar un buen sistema de control tecnológico y de vigilancia.
En cuanto al pedido al Consejo de la Judicatura, para que los jueces sean un apoyo y no un obstáculo a la consecución de objetivos, en lugar del exhorto creo que se debería pedirle que se preocupe por la creación de los jueces de garantías penitenciarias como lo establece la Constitución y la ley.
Hasta la fecha no han sido designados; no hay uno solo y ahora son los mismos jueces de garantías penales los que realizan las funciones de garantías penitenciarias.
Es importante la presencia de estos jueces especializados, con conocimientos y experticia para que puedan resolver problemas de traslados, sanciones, rebajas, prelibertad, en fin.
Estas medidas anunciadas por el Gobierno son absolutamente viables, lo que hace falta es aplicar el estado de excepción y aprovechar el tiempo de su vigencia para realizar todas las tareas y tratar de elaborar un plan a mediano y largo plazo. (O)
Stalin Raza Castañeda
Constitucionalista y penalista