Punto de vista
Iluminar: ¿una nueva forma de contaminar?
La humanidad ha tenido desde siempre una estrecha conexión con la iluminación, relacionada a su comportamiento y costumbres. Desde nuestros ancestros, se ha identificado a la oscuridad como un sinónimo de negatividad e inseguridad pero con el paso de los años, las civilizaciones han implementado sistemas lumínicos como parte de su desarrollo.
Debido al modelo económico y productivo actual, se ha forzado a las personas a mantenerse activas las 24 horas del día. Estas actividades no podrían realizarse en ausencia de luz y por ello los sistemas de alumbrado público son vitales. Su beneficio está vinculado a la reducción de los niveles de inseguridad en zonas altamente urbanizadas, así como a la prevención de accidentes de tránsito en la red vial a lo largo del país. Sin embargo esto ha dado paso a la contaminación lumínica definida como el inapropiado o excesivo uso de luz artificial, causando deslumbramiento, brillo nocturno y luz intrusa.
Es común que al acercarse a una ciudad se identifique un resplandor amarillo encima de la misma, que aunque para muchos pueda parecer atractivo, la realidad es que mientras más brillante sea la ciudad, más contaminada lumínicamente se encuentra.
Es frecuente relacionar este tipo de contaminación con la imposibilidad de apreciar las estrellas en la noche, este es un problema que experimenta el 83% de la población mundial según información del Nuevo Atlas Mundial de Contaminación Lumínica. De ahí que para el diseño de los sistemas de iluminación se deben tomar en cuenta factores fotométricos que intervienen en el estudio de la eficiencia energética. Al momento de desarrollar estos proyectos influye el factor arquitectónico pues al colocar una luminaria se debe considerar el uso que tendrá, el lugar dónde se instalará, la altura a la que va a estar y el ángulo de enfoque. En el caso de la iluminación vial se necesita buena visibilidad en la calzada, cuidando que no existan deslumbramiento, luz intrusa ni tampoco brillo nocturno pues estos factores inciden en la existencia de contaminación lumínica.
Intentar simular la luz del día no debería ser el propósito de la instalación de sistemas de iluminación, sino lograr el confort visual de los usuarios.
Actualmente se realizan varios estudios relacionados a la contaminación lumínica en el mundo, algunos se encuentran enfocados en evaluar los efectos de las luminarias LED en los animales y en cómo puede verse afectada la biodiversidad. También existen aplicaciones que fomentan la investigación como Citizen Science donde las personas, desde sus dispositivos móviles, pueden tomar fotos del cielo nocturno y contribuir con el monitoreo de los niveles de contaminación. (O)