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Ecuador, 27 de Noviembre de 2024
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El Telégrafo
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“Un país, dos sistemas”

Últimamente, la situación en la Región Administrativa Especial de Hong Kong (Raehk) ha llamado mucho la atención de la comunidad internacional. Amigos ecuatorianos también están atentos a la situación y preguntan: ¿qué pasa en Hong Kong? Hoy quisiera aprovechar la ocasión para hacerles una presentación sobre el asunto y mis comentarios.

Desde el mes de junio pasado, el gobierno de Raehk propuso enmendar la Ordenanza sobre Delincuentes Fugitivos y la Ordenanza de Asistencia Judicial Recíproca en Materia Penal para llenar los vacíos legales y sancionar a un asesino feroz. Sin embargo, dicha enmienda normal con motivo de defender el imperio de la ley y la justicia, se utilizó por iniciativas individuales y medios de comunicación que responden a intereses particulares para difundir y promover matrices de opinión que desembocaron en las manifestaciones en Hong Kong. Al escuchar las opiniones de los ciudadanos, el gobierno de Raehk suspendió las enmiendas según la ley y la policía aprobó y proporcionó protección para las manifestaciones. Pero después, los ultrarradicales crearon deliberadamente una serie de incidentes violentos, que han ido más allá de marchas pacíficas.

Desde el 12 de junio, las manifestaciones se han convertido en violencia extremista. Hasta hoy, más de 500 personas han resultado heridas en los conflictos violentos, incluyendo 180 policías. Los ultrarradicales asaltaron el Complejo del Consejo Legislativo, ocuparon la Oficina de Enlace del Gobierno Popular Central en la Raehk, profanaron la bandera y el emblema nacional y el de la Raehk, agredieron violentamente a la policía, provocaron incendios, lanzaron bombas, obstruyeron el tránsito e incluso golpearon, secuestraron y arrestaron ilegalmente a ciudadanos y periodistas de la China continental. Es un riesgo para la seguridad social, una transgresión del estado de derecho y el orden en la Raehk, un desafío abierto a la soberanía y dignidad de China, que toca línea de fondo del principio de “Un país, Dos sistemas”. La escalada de las manifestaciones que se tornaron violentas ha dañado gravemente la economía, el bienestar social y la imagen de Hong Kong. En cualquier país, el gobierno no permanecerá indiferente frente a casos similares. Esas conductas extremistas y maliciosas suscitaron atención y repudio del pueblo chino, incluyendo la mayoría de los hongkongneses y la comunidad internacional.

Detrás de la complicada situación está la intervención, manipulación, planificación e incluso organización de algunas fuerzas externas. Unos políticos occidentales lanzaron palabras irresponsables que convirtieron el blanco a negro, interfirieron en la cuestión de Hong Kong y apoyaron a las ilegalidades de los violentos ultrarradicales.

Medios de comunicación se quedaron ciegos intencionalmente y opcionalmente, solo hablaron de la democracia y la libertad sin ver la ley y la justicia, toleraron los ataques violentos y cargaron contra la policía y el gobierno. Debido a la tolerancia, encubrimiento y apoyo de fuerzas intervencionistas extranjeras, las personas que se resisten a la ley con violencia se vuelven más extremas.

Desde el retorno de Hong Kong a la Patria en 1997, el Gobierno Central de China toma el mantenimiento de la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong como importante contenido de la estrategia de desarrollo integral del Estado y Hong Kong ha desarrollado establemente bajo la política “Un país, Dos sistemas”. La práctica se encarga de corroborar que “Un país, Dos sistemas” es el mejor arreglo sistemático para mantener la estabilidad duradera de Hong Kong luego de su retorno a la Patria. Hong Kong pertenece a China y los chinos se preocupan y aman a Hong Kong. China seguirá aplicando con firmeza dicha directriz y apoya firmemente al Gobierno de Raehk en su administración de acuerdo con la ley. China nunca permitirá que fuerzas externas destruyan la prosperidad y estabilidad de la región e insta a los países pertinentes a que cumplan el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales, respeten la soberanía china y cesen inmediatamente la injerencia de cualquier forma. Esperamos que los amigos de todos los países, incluido Ecuador, puedan decir No a la violencia en Hong Kong, defender la ley y la justicia en busca del desarrollo común. Estoy convencido de que, después del viento y la lluvia, la Perla Oriental volverá a la trayectoria de la solidaridad, la estabilidad y el desarrollo y escribirá un nuevo capítulo de prosperidad. (O)  

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