Punto de vista
Flexibilidad laboral: un modelo en Ecuador
Expertos coinciden en señalar que nos dirigimos hacia un mercado de trabajo cada vez más flexible, donde mayor cantidad de organizaciones, tanto del sector público como privado, implementan esquemas de trabajo que representan una opción ganar-ganar para el empleador y el empleado.
¿Cómo incorporar la alternativa de trabajo flexible para promover el desarrollo profesional y la igualdad de género en nuestra región?
Veamos el caso de Ecuador. En 2016, el Ministerio de Trabajo presentó la normativa legal que regula el teletrabajo en el sector privado, una modalidad voluntaria que se implementa por un acuerdo entre las partes e incluye formas de ejecución permanentes y parciales.
Seguidamente, la entidad realizó, entre octubre 2016 y enero 2017, un plan piloto dentro de la institución para probar la efectividad de la flexibilidad laboral en el sector público. Los resultados incluyeron un aumento de la productividad, el cumplimiento del 97% de los objetivos y un incremento en la satisfacción laboral. Estos resultados fomentaron la presentación de la normativa legal del teletrabajo para el sector público en mayo de 2017.
De acuerdo con datos del Ministerio, los beneficios del teletrabajo incluyen: disminución del trabajo motorizado, baja la emisión de gases contaminantes, ahorro de combustible, mayor productividad y otros.
Para las mujeres, y en especial las madres, la flexibilidad laboral presenta importantes ventajas como un mayor balance entre lo profesional y lo familiar.
El Banco Interamericano de Desarrollo en Ecuador apoya iniciativas que promueven la igualdad de género. ‘Lila Working Moms’, la primera bolsa de empleo en el país que buscó capitalizar la nueva normativa laboral, se dedica a apoyar a mamás profesionales y a direccionar a aquellas firmas interesadas en ser familiarmente responsables.
También existen herramientas innovadoras como la Empresarial de Género, alineada con los Principios de Empoderamiento de las Mujeres WEPs (por sus siglas en inglés) y proyecto conjunto del Banco Interamericano de Desarrollo en alianza con ONU Mujeres y el Pacto Global.
Esta plataforma gratuita permite que las empresas se autoevalúen, tomen decisiones informadas y promuevan políticas a favor de la igualdad. Quito fue ciudad piloto durante el desarrollo de esta herramienta para el que se efectuaron talleres con unas 60 empresas privadas.
Definitivamente hay tendencias regionales y mundiales que buscan alternativas para la implementación de trabajos flexibles dirigidas a varios grupos de la sociedad, incluyendo mujeres. Esto requiere romper con modelos tradicionales de trabajo para el beneficio tanto de empresas como de trabajadores.
Ecuador trabaja para avanzar esta importante agenda con iniciativas de vanguardia. Se espera que este tipo de proyectos continúen fomentando sociedades inclusivas, con equidad de género y productivas a lo largo de toda la región. (O)