“Lo barato sale caro” es una frase común al comprar artículos de mala calidad, que al poco tiempo se dañan y deben ser reemplazados. De aquí la necesidad que en Ecuador existan organismos que evalúen la calidad de los productos que se comercializan. En materia de investigación científica los productos tecnológicos y de innovación al igual que cualquier otro bien o servicio deben pasar por rigurosos procesos de evaluación.

Los organismos competentes para efectuar este procedimiento de validación son laboratorios con un sistema de gestión establecido y acreditado que garantice la exactitud de los resultados.  Para ello, deben contar con personal capacitado, instalaciones apropiadas, cumplir con las condiciones ambientales requeridas, aplicar métodos normalizados, usar equipos calibrados, patrones de referencia certificados y comparar sus resultados con organismos pares.

En el país existen varios tipos de laboratorios dedicados a desarrollar pruebas sobre diferentes productos, en el caso de que requieran un análisis minucioso, debido a la complejidad de su naturaleza, pueden apoyarse en los Institutos Públicos de Investigación (IPI), instituciones que cuentan con el personal y la tecnología adecuada para validar la idoneidad de los productos, como el Instituto Nacional de Eficiencia Energética y Energías Renovables (INER), que cuenta desde mayo de 2015 con el primer Laboratorio de Luminotecnia del país, que lleva a cabo investigación aplicada en eficiencia energética de los sistemas de iluminación, además de realizar pruebas certificadas de las fuentes luminosas.

Dentro de las pruebas que se desarrollan en este espacio está la comprobación de la calidad de lámparas (focos) que depende de factores como: la cantidad de luz que emite (lúmenes), la energía eléctrica que consume (W), el número de horas que puede funcionar y la calidad de la luz (IRC), además, se mide la eficacia al evaluar la relación entre la cantidad de luz y el consumo de energía eléctrica.

El número de horas de vida de un foco junto con su eficacia, influyen directamente en el dinero que invierte el consumidor para tener un buen nivel de iluminación. La calidad de la luz se refiere al Índice de Reproducción Cromática (IRC) e indica su capacidad para reproducir mejor los colores y no distorsionarlos. Hay fuentes de luz que cambian la tonalidad de los colores, por ejemplo, un trozo de carne en mal estado, bajo cierto tipo de luz puede lucir en buen estado.

La evaluación que se efectúa también incluye al conjunto de elementos auxiliares, conocido como luminaria, que se necesitan para encender una lámpara, además de la estructura sobre la cual se colocan. Su calidad depende de los factores antes mencionados, así como de matriz de intensidad, eficacia, eficiencia y pérdidas de energía. La matriz de intensidad determina el área que puede cubrir la luz que emite una luminaria, mientras mayor sea el área, menor será el número de fuentes que se necesiten para alumbrar una vía. La eficiencia es un parámetro que se usa solo para medir tecnología tradicional mientras que la eficacia se emplea para medir la tecnología LED.

El  Laboratorio de Luminotecnia del INER ha sido designado como Organismo Evaluador de la Conformidad (OEC) en marzo de 2016, por parte del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro). Esto demuestra la capacidad técnica y operativa para prestar servicios de evaluación de calidad en los productos y sistemas de iluminación. De esta forma los resultados obtenidos en el laboratorio son reconocidos a nivel nacional y pueden ser utilizados para cualquier licitación. Además, la obtención de datos avalados por este laboratorio permite realizar estudios de mayor impacto, posicionando la investigación nacional en temas de luminotecnia a nivel mundial.

Con la implementación de este laboratorio el país puede generar conocimiento e innovación en el ámbito de la eficiencia energética y ser capaz de obtener resultados que contribuyan al cambio de la matriz productiva, la diversificación de la matriz energética y la mitigación del cambio climático. (O)