El reemplazo debe conocer de política internacional
Considero que es importante que María Fernanda Espinosa presida la Asamblea General de las Naciones Unidas porque representa a Ecuador y es un puesto destacado para el país.
Sin embargo es importante destacar que no es la primera vez que Ecuador tiene un puesto de trascendencia en la organización internacional.
Por ejemplo, Leopoldo Benites Vinueza fue el vigésimo octavo presidente de la Asamblea, en 1973. Previamente a esa denominación fue embajador en Uruguay, Argentina y Bolivia. También está el guayaquileño José Vicente Trujillo, quien fue embajador de Ecuador ante las Naciones Unidas y presidió el Bloque Latinoamericano.
A ellos se suma Diego Cordovez, quien sumó esfuerzos para la creación de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), quien llegó a ser subsecretario de Naciones Unidas, y Jaime Marchán también ocupó un cargo importante dentro del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, que fue desempeñado entre 2009 y 2010.
Ahora el siguiente paso es que la Canciller renuncie a su cargo. Así lo anunció en intervenciones anteriores el presidente de la República, Lenín Moreno, así que eso debe cumplirse ahora que se logró la designación de la funcionaria. Considero que de ninguna manera la señora Espinosa puede mantenerse en ambos cargos porque son puestos de muchas responsabilidades.
La Cancillería es un cargo a tiempo completo.
Será el Jefe de Estado el que designe a su reemplazo. Ahora hay que ver cuándo lo hará, imagino yo que en las próximas horas o días. Ahora considero que el Jefe de Estado tiene varias opciones para el reemplazo; considero que lo principal es que sea una persona conocedora del Derecho Internacional y de la política exterior.
Puede ser un diplomático. Yo pienso en distinguidos embajadores como Jaime Merchán, Marcelo Fernández de Córdoba, Marcelo Pesántez, sin señalar a otros que también pueden ocupar el cargo.
Yo creo que debe ser una persona que conozca, porque le toca un duro papel, que es reestructurar la Cancillería y sacarla adelante.
Las alternativas están entre un funcionario de carrera o un conocedor de la materia. Lo que no creo es que se deba poner en ese puesto a alguien que desconozca del área, es decir que sea seleccionado por razones políticas.
Considero que el principal trabajo que le espera a María Fernanda Espinosa es convertirse en una funcionaria internacional. Es decir que para trabajar en función de todos se debe despojar de su ideología y trabajar en favor de los principios de las Naciones Unidas en su conjunto. (O)