El otro yo de la escritora
Roman Polanski nos presenta un nuevo filme sobre lo intrincado que es la mente ante la presión de seguir publicando una novela. Su obra se titula Basada en hechos reales (2017), que recuerda a temas de sus películas como Repulsión (1965), El inquilino (1976) o El escritor fantasma (2010): la obsesión por algo, la fuerte presencia de otra voluntad que presiona a la vida y la necesidad de esconderse tras la figura de otro rostro.
Basada en hechos reales es un título sintomático. Alude, de modo directo, a un relato que se ancla en la propia realidad. Lo interesante es que tal título es el de la novela en la que se asienta la película, escrita por Delphine De Vigan; vendría a ser un juego de referencias que lleva a que nos preguntemos a qué hechos reales realmente alude, y con ello, a un fino debate acerca de saber qué es la realidad y qué es lo que uno se imagina de la realidad. La ficción de la novela se traslada a la “realidad” del cine donde, en efecto, estamos ante un momento de una escritora quien, tras el éxito de su novela, es impelida a escribir otra obra. La película juega entre los dos horizontes: el de la realidad de la escritora y el de la realidad de la ficción en la que está inmersa. Con ello constatamos que a Polanski le gustan los juegos ficcionales psicológicos. La película es un reto al espectador donde los bordes entre la realidad y la imaginación son imperceptibles, más cuando el título es abierto. Inmediatamente salta a la vista una mujer que, de pronto, tiene el contacto o imagina una relación con otra, más retadora, más arriesgada, más tiránica. Eva Green hace un papel que pone los pelos de punta y que lleva al límite a la escritora protagonista de la película, Delphine (como la propia escritora real de la novela), interpretada además por la esposa de Polanski, Emmanuelle Seigner. En el juego de ambas aparece el otro yo de la escritora, la voz fantasma, esa voz latente, interior, que quiere hablar de si es necesaria la transgresión cuando se está bloqueado creativamente. Polanski expone, mediante la presentación del doble, ese demiurgo que puede tener el rostro de una musa, la manifestación de otra potencia, el de la creatividad, que incluso puede ser autodestructiva. De este modo, Basada en hechos reales, más allá de su historia, es la representación de una tensión entre el acto de crear, de escribir y el de responder a un mercado exigente de cosas que satisfagan. (O)