Punto de vista
El homenaje a las víctimas de la guerra y el negocio de las armas
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el 22 de noviembre de 2004 la Resolución No. 59/26, en celebración del sexagésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, declarando que el 8 y 9 de mayo son días propicios para el recuerdo y la reconciliación mundial y para rendir homenaje a las víctimas de esta guerra. Esta resolución además exhorta a los países del orbe a unir esfuerzos para hacer frente a nuevos desafíos y amenazas contra la paz mundial; y en esa perspectiva, asignar un papel fundamental a la ONU para promover la solución de controversias por medios pacíficos.
Sin duda, el lado más débil de la cadena de la guerra, sus negocios y actores, es la población civil, que solo para poner un ejemplo actual, en Siria existen 250 mil muertos, 1 millón de heridos, 7,6 millones de desplazados internos y 4 millones de refugiados; cuyo balance, según un Informe del exsecretario General de las Naciones Unidas para 2016, determina más de 2.107 delitos graves cometidos por todas las partes del conflicto contra niños, niñas y adolescentes, a lo que se suma el reclutamiento forzado, incluso el uso de armas químicas, cuyos responsables deben ser investigados y sancionados, hasta el bombardeo irresponsable de países imperiales.
Las preguntas que todos nos hacemos son ¿cuáles son las amenazas contra la paz mundial? y ¿cuáles son sus actores e intereses? Al respecto, Amnistía Internacional afirma que el comercio de armas es un negocio en auge, en el que confluyen intereses estratégicos, políticos, industriales y sociolaborales; al punto que el volumen de dinero que ha circulado por este negocio en los últimos diez años es de 100 mil millones de dólares. Irónicamente, cerca del 70% de este comercio procede de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido. La situación es más alarmante puesto que 47 de las 100 más importantes empresas de la industria bélica son de EE.UU. Pese a este escenario, muchos países de la comunidad internacional, organizaciones humanitarias y de derechos humanos a nivel global promovieron la adopción por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas del Tratado sobre el Comercio de Armas, el mismo que entró en vigencia en diciembre de 2014, siendo parte de este 130 países, de los cuales han ratificado su vigencia 83 estados, entre estos se incluyen Francia y Reino Unido; quedando por fuera EE.UU., China y Rusia. En el caso de Ecuador tiene pendiente aún firmar y ratificar este instrumento internacional.
Los señores de la guerra no tienen la mesa servida, hay millones de personas que quieren construir una humanidad y un planeta posible y en paz; aquellas que al igual que Albert Einstein saben que “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. (I)