El final de la cresta
La economía mundial en los últimos semestres experimentó una expansión corta pero importante a pesar de la volatilidad política. No obstante, hay señales claras de contracción en la economía global y todo parece indicar que estamos en el final de la cresta de expansión en las economías desarrolladas y no tardará en afectar al resto.
Una primera señal podemos advertir en los mercados laborales de los países con demanda de empleo que no puede ser cubierta por la oferta laboral, como por ejemplo Estados Unidos y los países de Europa Central y del Este. La falta de personas en edad de trabajar, o propiamente calificadas para una industria particular, han presionado los salarios al alza con el consiguiente incremento de la inflación.
Otra señal de sobrecalentamiento la podemos encontrar en la guerra de monedas, especialmente con la depreciación acelerada del tipo de cambio en economías emergentes. En lo que va de 2018 la depreciación de las monedas emergentes vs. el dólar estadounidense ha incrementado en niveles importantes: peso argentino (45,84%), lira turca (23,04%), real brasileño (13,74%), rublo ruso (8,99%), rand sudafricano (9,03%), etc.
En Argentina la devaluación ha causado la caída del poder adquisitivo de la población de una manera importante y sectores como la venta de electrodomésticos y la construcción se han visto seriamente afectados. Los otros países que han devaluado su moneda están enfrentando situaciones similares.
Ecuador tiene una posición muy particular en este escenario: manejando un dólar más estable que las monedas de la región, beneficiándose del aumento del precio de los commodities y mostrando recientemente una tendencia hacia el pragmatismo en el manejo económico.
La receta de reducción de gasto, apertura comercial y diversificación de actividades económicas es casi un consenso entre los analistas económicos, falta por otro lado consenso político para aplicarla y un continuo apoyo de las empresas privadas.
Hay que considerar, por otra parte, que la cresta del ciclo ha finalizado y la demanda de nuestros productos en los mercados internacionales será más difícil de mantener. Por tanto, es importante que el sector exportador busque oportunidades con empresas más fuertes en destinos todavía no explorados y se impulsen productos de exportación con mayor valor agregado. (O)
Carlos Romero
Gerente de Riesgos de Coface Ecuador