Punto de vista
El Clásico 9 fue mutando
Recuerdo que cuando era niño observaba con detenimiento y atención cómo se vestía y posaba el centrodelantero que siempre iba en cuclillas en la parte central y el tradicional número 10 a su lado. Hoy ya no se respetan esos estandartes y no significa algo contra la historia ni mucho menos, simplemente no se le presta atención. Después de esta introducción que tiene añoranzas voy a tratar de explicar todas las evoluciones que ha tenido este mágico deporte y de esa manera conciliar, porque hoy ya no es tan habitual encontrar ciertos jugadores que por características especiales fueron en su momento los que recibían admiración y la mirada de todos. Las tendencias de los sistemas tácticos a lo largo del tiempo han ido mutando, pero siempre mantuvieron en su estructura posiciones tradicionales, como el finalizador de todo lo que el equipo producía, situación que llamativamente en la actualidad no se observa. Y eso merece analizarse en profundidad por qué. Desde que el balompié mundial se transformó en una industria, las exigencias alrededor de los principales actores y de sus entrenadores son cada vez más grandes, lo cual lleva a una preparación más exhaustiva para encantar al espectador que, en definitiva, es el que consume y tiene la palabra final. La mayoría de los equipos entiende que un partido de fútbol se ha convertido en un espectáculo donde, aparte de ganar, hay que tratar de seducir con ideas claras y convincentes. El jugador, hace décadas, tenía como premisa cumplir en su posición, apoyar en los sectores que solicitaba el juego. Y con eso ya cumplía. Con esto no quiero decir que las cualidades físicas y técnicas eran inferiores, simplemente resalto las obligaciones que normalmente solicitaban sus adiestradores. Para poner un ejemplo gráfico: los laterales debían primero marcar, pasar por sorpresa al ataque y tratar de asistir al 9 con un centro para que este finalice la jugada, siendo esta la gran responsabilidad del delantero. En la actualidad los futbolistas saltan al campo de juego sabiendo que es indispensable que todos los eslabones se asocien al juego y desde allí intentar construir una victoria que ostenta en su desarrollo muchas vicisitudes por resolver y que no basta con lo significativo de cada integrante, sino que los mecanismos ofensivos y defensivos exigen muchas condiciones de cada jugador. Aquel centrodelantero que convivía cerca de los centrales y esperaba ser abastecido por sus compañeros de a poco ha ido perdiendo cabida en las necesidades del fútbol moderno, porque, si no tiene movilidad, buen manejo del balón lejos del área y una comprensión alta de lo que amerita el compromiso, es casi imposible que se transforme en una pieza fundamental como lo era en otras épocas. Intentaré hacer un símil para finalizar la explicación entre Martín Palermo y Zlatan Ibrahimovic y de esa manera mostrar las diferencias que en poco tiempo fue requiriendo el juego. Aquel enorme goleador argentino hace poco batió todos los récords, pero seguramente en nuestro fútbol debería modificar su peculiaridad y trabajar como el crack sueco que, a pesar de tener una envergadura similar, maneja otros conceptos y posibilidades adaptándose con su talento para salir del área, agruparse, generar espacios y también ser impecable como goleador, demostrando vigencia a las necesidades de turno. (O)