El cine de culto: el submundo del cine, el material rechazado por Hollywood, el patito feo del cine; tantas definiciones y ‘sinónimos’ que este tipo de cine ha adquirido a través del tiempo.  Venerado por grupos minoritarios, de entre los cuales encontramos a cineastas como Quentin Tarantino, Robert Rodríguez, Kevin Smith o Eli Roth, quienes a menudo le rinden homenaje en sus películas.

Andrés Crespo, actor ecuatoriano, comentó: “Soy fanático del cine hecho en Chone, cine inspirado en las películas de acción de los 80. Mi película favorita de ese género es El destructor invisible, del realizador Nixon Chalacamá”.

Diana Soltysik, cineasta y fotógrafa ecuatoriana, comentó que aunque caiga mal, le gusta mucho lo que denominan cine de autor y cine experimental. “Admiro el riesgo y la exploración personal.  Me interesan las películas que me estimulen en todos los niveles: mental, emocional, espiritual, etc.

Las personas que proponen caminos narrativos, estéticos, que no se hayan explorado antes.  Me encanta que me destruyan el cerebro; de una buena forma, claro.  Mis pelis de culto favoritas son: Broken Flowers, de Jim Jarmusch; Canino, de Yorgos Lanthimos; In the mood for love, de Wong Kar Wai, y Les amants du Pont-Neuf, de Léos Carax.

Johnny Obando (actor, cineasta y gestor cultural colombiano) dijo que en general sus géneros o tipos de películas favoritas son los falsos documentales, conflictos bélicos o desastres naturales y road movies y subgéneros de culto.

 “Dentro del bizarro Y tu mamá también es una de mis movies favoritas. Por otro lado, Almodóvar, por supuesto, me encanta y me quedo con Todo sobre mi madre. Y de las más populares o consideradas de culto de todos los tiempos en diversos portales, me quedo con Requiem For a Dream, Kill Bill, y Los dioses deben de estar locos.

El escritor y crítico de cine español David Camacho Almansa comentó: “Pues mira, mis abuelos tenían un cine de pueblo ya cerrado, cuando íbamos a verlos acudía con mi abuelo al cine y me ponía alguna peli para mí solo.  Me gustaban los spaghettis wéstern y las de monstruos japoneses.  Dentro de estas últimas hay una que me impresionó: Los monstruos del mar.  No puedo decir que haya seguido con la afición (sí por el spaghetti western), pero sí que fue el comienzo de una pasión cinéfila.” (I)