Ha quedado demostrado que en nuestro país hay muchos niños, adolescentes y jóvenes escondidos. Hay talentos y hay material. Los Juegos Río 2016 nos han dado la razón: los afrodescendientes tienen las condiciones para deportes como la gimnasia, la natación, el tenis... Nuestros futuros atletas están en Esmeraldas, Carchi, en barrios de Guayaquil como Nigeria, Socio Vivienda 1 y 2, Imbabura, Sucumbíos, El Oro y otros lares. El proceso de adaptación del ser humano hace soñar que los ecuatorianos pueden ser iguales o mejores que nuestros hermanos afros del resto del mundo. Acá hay más dinero invirtiéndose, acá hay más gastronomía, acá hay más diversidad, acá hay material humano que se adapta bien a cada deporte, pero la parte profesional está por debajo de los altos intereses económicos de supervivencia de personas que no son deportistas o que si lo fueron nunca llegaron al alto rendimiento y ven como una mina de oro llegar a ser directivos.

Los clubes de papel le hicieron mucho daño al deporte ecuatoriano, dirigentes que sin importarles ética alguna le hicieron daño a los atletas.  Prueba de ello es el boxeo, que no pudo clasificar a muchos de los que compitieron en Londres 2012 y perdieron todo un proceso. En lucha, algunos deportistas no acudieron a torneos en los que pudieron conseguir puntos para llegar a Río.  

En Levantamiento de pesas hubo muchos inconvenientes en la preparación. En deportes como judo, natación y triatlón, que a nivel del orbe y del ciclo se han hecho en varios eventos y especialidades cosas positivas, hay que seguir trazándose objetivos hacia logros superiores. Nuestros hermanos colombianos, brasileños, venezolanos tienen nuestras mismas características pero la diferencia son los procesos. Seguimos creyendo en nuestro país y se viene otro ciclo pero no a 4 años sino a 8, 12, 16, 20, 24 años para ver una Serena y Venus Williams ecuatorianas, una Simone Biles ecuatoriana, una Simone Manuel ecuatoriana, una Yemima Gelagat ecuatoriana y así... Las selecciones permanentes y la detección y selección de talentos a mediano y largo plazo son vitales. Ahora se necesita todo el apoyo para deportistas menores, prejuveniles y juveniles que son catalogados en sus deportes como talentos. A nivel internacional hay que trazarse verdaderos programas de preparación con logros superiores como los que está logrando Ángela Tenorio en atletismo, pero hay que planificar y fortalecer.

Cuando no se es líder, peor jefe y no se hace caso a los mandos medios, después se quiere, de un fondo de botella, hacer un rubí. Me alegro de todo lo que se ha dicho, lo quieran hacer o lo estén haciendo pero son 24 provincias, muchos deportes y hay miles de potenciales chicos que luchan por lograr objetivos individuales. Es hora de que
cambiemos vidas por medio del deporte.

Las historias de muchos campeones olímpicos son la realidad de muchos niños y jóvenes de nuestro propio territorio. (O)