Durante la época en la que el Ministerio de Relaciones Exteriores estuvo a cargo de la señora María Fernanda Espinosa, prácticamente la Cancillería se dedicó a promover su candidatura a la presidencia de la Asamblea de las Naciones Unidas.

Después del reemplazo por el embajador José Valencia, la cartera de Estado tomó un rumbo diferente, creo que fue un gran acierto del presidente Lenín Moreno, y eso hay que destacar, porque empezó a poner orden en la política externa de Ecuador.

Como primer punto, considero necesario renovar el servicio exterior de la república, reintegrar algunos diplomáticos prestigiosos y de experiencia, que antes estaban al servicio de la llamada Revolución Ciudadana.  

Otro aspecto importante es el restablecimiento de la carrera diplomática, como primer paso para la formación de los profesionales de esta área. El canciller Valencia comenzó el restablecimiento de la junta consultiva de relaciones exteriores y se comenzó a ver cómo Ecuador volvía la mirada a los derechos humanos; por ejemplo, abrió los ojos con lo sucedido en Venezuela y Nicaragua.

Y el ministro Valencia defendió con dignidad a Ecuador y a la Presidencia de la República cuando hubo ofensivas expresiones de Venezuela contra el presidente Moreno y tomó medidas: se produjo la expulsión de la embajadora de Venezuela.

Por otro lado, se resolvió reconocer la conveniencia de mantener buenas relaciones con Estados Unidos, nuestro principal cliente, y comenzaron a tomar forma las negociaciones para un acuerdo comercial.

En el caso de Julian Assange, que tanto avergüenza al pueblo ecuatoriano y que fue una fallida gestión política del expresidente Rafael Correa, porque fue exclusivamente orientada a favorecer sus principios ideológicos, la Cancillería ha sentado ciertas bases que pueden permitir un desenvolvimiento de ese caso que nos lleve a su solución, ojalá esto pueda ocurrir cuanto antes.

Finalmente, el Asia-Pacífico, región totalmente olvidada por Ecuador, fue otro de los aspectos a destacar, pues anunciaron el inicio de gestiones para el ingreso a la Alianza del Pacífico.

Pero considero que falta todavía mayor claridad en la parte internacional, es necesario que poco a poco se vayan restableciendo esos principios básicos de acción de la política externa de Ecuador, que pongan énfasis, en primer lugar: el respeto a los derechos humanos; segundo: el reconocimiento de la interdependencia y solidaridad entre todos los países; y tercero: que busquen el interés de Ecuador sin orientaciones ideológicas con un sentido pragmático, que es legítimo en la actual circunstancia internacional. (I)