Más derechos pos covid-19
Por: Betilde Muñoz-Pogossian, Directora de Inclusión Social de la OEA y Red de Politólogas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 10 de junio de 2020, la crisis del covid-19 ha arrebatado la vida de 408.025 personas a nivel mundial, con alrededor del 45% de ellas en el continente americano. Junto con las implicaciones sanitarias, existen una serie de efectos a nivel social, económico y de acceso a derechos que también trae esta pandemia. Los países de la región han respondido con agilidad y pragmatismo, y teniendo en cuenta los marcos jurídicos interamericano e internacional en derechos humanos.
Más allá de esos esfuerzos y para ayudar a los Estados a afinar esas respuestas, la OEA lanzó la Guía Práctica de Respuestas Inclusivas y con enfoque de Derechos ante el covid-19 en las Américas, en el entendido de que, en un hemisferio marcado por la desigualdad, las afectaciones en el derecho a la salud, y en todas las esferas de los derechos humanos, impactan de manera más acentuada y diferenciada a grupos en situación de vulnerabilidad. Al hablar de estos grupos, nos referimos al colectivo de personas que, por motivos de raza, color, linaje, étnico, identidad cultural, religión, edad, sexo, orientación sexual, identidad y expresión de género, entre otros, han sido históricamente discriminados; y el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos limitados. Nuestro llamado con esta Guía Práctica es diseñar respuestas de política pública que den cuenta de la situación particular de estas personas en el contexto de pandemia y pospandemia, y se encarguen de los retos específicos que enfrentan.
La Guía dedica una sección a cada población, mapeando retos particulares, identificando los marcos normativos de derechos que los protegen, y proponiendo algunas recomendaciones. Sin embargo, no deja de lado un concepto clave al pensar en las respuestas: la interseccionalidad, es decir que, en el análisis de la pandemia y sus efectos, y en las respuestas de política pública que se hagan, es vital tener en cuenta los efectos que resultan cuando múltiples ejes de desigualdad y estigmatización de la diferencia se interceptan produciendo afectaciones únicas e indivisibles, y que son, sin duda, más profundas. Aunque plantea importantes retos, debemos entender esta crisis como una nueva oportunidad para la solidaridad, para fortalecer el espíritu de cooperación que siempre nos ha caracterizado como región y para reforzar la responsabilidad que se tiene desde los Gobiernos, de llevar más derechos a más personas en las Américas, más allá de la pandemia. (O)
* Opiniones personales. No representan la opinión de la Organización de los Estados Americanos.