Las caderas del fútbol femenino
Hace algunos meses me encontraba en Milán, Italia, donde se jugaba un partido entre el AC Milan e Inter. Esta vez el Derby de la Madonnina no se jugaba en el San Siro sino en el Centro Sportivo Vismara, casa del sector juvenil del AC Milan. Me encontraba sentado al lado de la despampanante Barbara Facchetti, hija de Giacinto Facchetti, legendario capitán de la selección Italiana y del Inter durante dos décadas. Bárbara es Jefe Delegada de la Selección Femenina Italiana. Para remover la sombra que el “dogma” del fútbol masculino impone sobre el femenino, es preciso poner una figura como Bárbara Facchetti en aquel cargo. Durante el partido me nutría constantemente de todos los observadores y caza talentos del mercado del fútbol femenino allí presentes, sobre todo los de la Nazionale Femminile o selección nacional femenina, en búsqueda de refuerzos para su selección.
Se hablaba constantemente de psicología, fisiología y anatomía. Hay gran diferencia entre el fútbol masculino y el femenino. Es el mismo deporte pero en mentes y cuerpos opuestos. Lo que más me llamó la atención fue la constante referencia al desplazamiento entre las caderas y rodillas, el ancho de la espalda y hombros de las jugadoras, pues es allí donde se ubica el éxito y duración de la carrera de la jugadora, según los expertos.
Las futbolistas tienen seis veces mayor probabilidad de terminar su carrera a causa de lesiones de ligamento cruzado, por ejemplo, según dicho desplazamiento (comparadas con los varones). Para formar y desarrollar las futbolistas se requiere de conocimiento, sobre todo en las fases del desarrollo juvenil. Se debe conocer la psicología, fisiología y anatomía femenina para entrenar a las chicas y brindarles el apoyo necesario para prevenir lesiones físicas y emocionales. Sumado a lo anterior se requiere aportar conocimiento para eliminar estigmas dañinos e incrementar oportunidades de crecimiento profesional para ellas. (O)