Punto de vista
Balance Energético de Galápagos
Para unificar criterios y facilitar el trabajo de autoridades e investigadores en temas de planificación energética, en 1979 inicia el programa de Balances Energéticos por parte de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), aplicando su metodología para el desarrollo de balances en los países miembros de esta organización.
El balance energético es una herramienta fundamental para el desarrollo de la planificación en este ámbito, se lo presenta en una matriz donde se identifica el equilibrio entre la oferta, transformación y consumo de energía, tanto primaria como secundaria. Entre las principales fuentes de energía se contemplan a los hidrocarburos, electricidad y energías renovables.
En Ecuador, en 2013, inicia la elaboración del Balance Energético Nacional (BEN) debido a la necesidad de contar con estadísticas útiles para tomadores de decisión, investigadores y académicos. Esta herramienta traza una línea base de la situación actual del sector energético convirtiéndose en un factor determinante para la formulación de políticas y planificación.
En el desarrollo de este documento se encontraron limitaciones al incluir a la provincia de Galápagos porque a diferencia del continente no posee reservas de petróleo ni refinerías, por ello todos los derivados fósiles que consumen son importados y vienen desde el continente. Además, su generación eléctrica, en su mayoría, utiliza diésel.
Este escenario plantea dos problemas fundamentales: la dependencia a las importaciones que incrementa los costos en las islas y la contaminación que genera el uso de fuentes de origen no renovable.
Al considerar estos antecedentes, se propone la elaboración del Balance Energético de Galápagos 2015 año base 2014. Sus resultados permiten mostrar la matriz energética de las islas desde 2005 y su evolución hasta 2014. El documento evidencia los avances que se han dado en los últimos años para mejorar el suministro de energía en las islas, por ejemplo, la cantidad de energía solar y eólica producida, que incrementó en un 47% para 2014 con respecto a 2013.
A través del balance también se calculó el inventario de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), para lo que se consideró solo las emisiones generadas por la quema de combustible en actividades como la transformación de energía y el consumo (transporte, residencial, comercial).
Como resultado, se evidencia que en las islas se generan cerca de 140 kilo toneladas de CO2 equivalente, lo que podría afectar al delicado ecosistema del archipiélago. Esto impulsa la formulación de estrategias orientadas a mitigar o disminuir el consumo energético de origen fósil dentro de este entorno de manera urgente.
Con esta herramienta, además, se puede dar seguimiento a diferentes políticas públicas planteadas actualmente en el ámbito energético para resolver la problemática evidenciada, así como planificar y monitorear las nuevas metas propuestas para las islas, que están orientadas a reducir al mínimo el uso y consumo de derivados de origen fósil. (O)