ALCE : La carrera espacial desde América Latina
En octubre de este año se dieron pasos concretos para la conformación de una Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE) gracias al impulso principalmente de las administraciones de Argentina y México desde la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC, adjunta a una ambiciosa declaración de intenciones que incluso contempla la sinergia con proyectos espaciales actuales de gran magnitud.
Si bien la creación de una agencia espacial regional es importante y urgente para la generación de tecnologías diversas para la región, esta aún debe ser capaz de sortear varios desafíos sobre todo en el campo de los acuerdos específicos en esta materia entre los Estados que confirmen su participación, a su vez, de estos con otras administraciones, agencias y empresas diversas del rubro espacial y científico en general.
En cuanto al primer punto, por la experiencia de gestión que observamos en los anteriores organismos de unión de naciones suramericanas sabemos por ejemplo, que los criterios de votación por unanimidad han ocasionado la parálisis de los mismos organismos y la acentuación de políticas autoritarias, se crearon infraestructuras sin uso eficiente, elefantes blancos, se derrocharon recursos económicos y la contratación de algunos funcionarios clave fue bastante opaca.
Por estas razones será importante establecer con claridad las reglas que seguirá la agencia en términos de institución, como el sistema de normas que regirán los criterios de representación , participación y toma de decisiones dentro de este espacio, a su vez que los miembros que formen parte de la agencia, cuenten sobre todo con la idoneidad y el conocimiento en el área que se les vaya a asignar más allá de las designaciones por intereses meramente políticos partidarios de los países involucrados.
Es sustancial comprender que las agencias espaciales que operan en la región no podrán abarcar en un 100% todas las necesidades y expectativas, sobre todo porque nuestra curva de aprendizaje aún está en ciernes, por lo que los planes de acción, además de ser descentralizados y acotados de acuerdo a la fortaleza de cada una de las agencias nacionales involucradas, eventualmente deberán contemplar diálogos y negociaciones con empresas privadas.
En este marco sera urgente e importante establecer los límites y alcances de estas sinergias tanto con las empresas locales, nacionales y transnacionales, sobre todo en cuanto a cómo se gestionará el know how en temas y materias específicas, así, el desarrollo de normativas claras podrá de alguna forma establecer un equilibrio sin restar soberanía. De igual forma, establecer políticas de gobierno abierto para transparentar las licitaciones y acuerdos con las empresas puede ser de gran utilidad.
Es necesario considerar a su vez, la creciente privatización del espacio ultra terrestre, de momento focalizada en las telecomunicaciones. Si bien el desarrollo de tecnologías a manos de empresas privadas ha demostrado generar un abaratamiento de costos a nivel local, también se debe notar que estas empresas están incursionando en proyectos ambiciosos como el futuro turismo espacial o las exploraciones para actividades mineras exo atmosféricas, donde por vacíos jurídicos existentes se contempla desde ya una renovada forma de captura del capital por grandes transnacionales.
Resultará central también establecer las prioridades para la región. Inicialmente se ha observado que serían las telecomunicaciones para, entre otras cosas, la democratización y el derecho al acceso de internet, sin embargo, teniendo en cuenta la amplia biodiversidad de la región, es posible pensar también en el desarrollo de tecnología contemplando estas oportunidades. Finalmente sera fundamental registrar y aprender de los errores y aciertos en tanto al desarrollo de tecnologías y políticas experimentados en las agencias espaciales en nuestra región y en las agencias espaciales situadas en vecinos continentes.