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Punto de vista

Al cuidado de los nietos

Al cuidado  de los nietos
05 de abril de 2014 - 00:00 - Dra. Catalina Garcés Molina, trabajadora Social

El fenómeno migratorio en nuestro país, acentuado en la última década del siglo anterior, deja ver que por lo menos el 7% de la población ecuatoriana se desplazó al exterior, especialmente la emigración femenina de las zonas urbano-marginales de las cabeceras cantonales; en este fenómeno, que ha sido tema de grandes investigaciones, se visibilizan procesos de desigualdad social que se expresan especialmente en las dinámicas del cuidado, en la diversidad de formas familiares de construcción social, en la importancia de las actividades reproductivas en la vida y desarrollo de las personas.

En ese sentido, la emigración y sus efectos sobre las familias coloca en el centro de la discusión un viejo tema de los derechos económicos y sociales en el que las mujeres han sido históricamente el sostén de la reproducción social, y cómo la distribución de las remesas de los emigrantes, constituyen un mecanismo de subsistencia ocultando el trabajo no remunerado o mal remunerado que se ejerce al interior de los hogares; en este punto las personas adultas mayores y las mujeres, abuelas maternas mayores de 60 años administran y apoyan (entre comillas) a sus hijas emigrantes, asumiendo responsabilidades que las tuvieron en cierta época con su prole y que hoy lo hacen con sus nietas/os. Para trabajar el tema del cuidado de las abuelas, es necesario contextualizar el tipo de organización familiar, la clase social, el nivel cultural, religioso, costumbres y otros factores predominantes para la socialización y el desarrollo del infante, del adolescente, y del adulto menor. Por tal razón existe un cambio en el estereotipo que anteriormente se guardaba de la familia, en el desarrollo y en la socialización de los integrantes del ciclo de vida dentro del contexto de las relaciones. El ser humano es un ser social que requiere de afectividad, espiritualidad y socialización para interactuar y relacionarse como ser integral haciendo posible llevar relaciones individuales, familiares y sociales basadas en el afecto y respeto.

Es importante en el relacionamiento emocional y social cumplir con el papel de formación y apoyo, lo que les exige tacto y discreción ya que su rol es específico por lo que no son, y no deben ser, ni madres depuestas, ni madres por sustitución. Tienen un papel original que desempeñar en las familias, cuya escuela es la experiencia mientras sus padres están trabajando fuera. Por la edad avanzada de las abuelas en varias ocasiones los roles convergen en una sola persona, encontrando abuelas y nietas que son al mismo tiempo cuidadoras y cuidadas; es decir que la desigual distribución de los cuidados está cruzada por pautas sociales y culturales relativas al género y la generación.

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