Unos centavitos de felicidad
Fotos : John W. Guevara
El silencio se rompe. Los pasajeros dejan de mirar a la ventana para ponerles atención. Unos ofrecen caramelos, chocolates; otros venden chucherías como esferos, hilos para bordar, productos de limpieza dental. Hay quienes prefieren llegar con un violín y prefieren ampliar su voz con el apoyo de un parlante.
Son los vendedores ambulantes que se agolpan a las unidades de transporte para pedir "unas moneditas de buena voluntad".
El COE Metropolitano de Quito dispuso que la capacidad de los pasajeros aumente en un 75%. Para ellos es una buena noticia porque mientras más público haya en los colectivos, habrá "más centavos en sus bolsillos".
Ellos tampoco son renuentes al covid-19. Van de bus en bus portando su mascarilla.