La otra cara de la pandemia
Mientras muchas familias siguen aguardándose en sus domicilios con todas las comodidades, otras personas no tienen un techo en donde refugiarse, personas que perdieron sus hogares; sin embargo, pese a que algunos sí poseen una casa, prefieren las duras veredas. Hay muchos factores por lo que esto sucede. Hay quienes eligen vivir en las calles porque hay mucha violencia en su entorno familiar y por eso, caen en el consumo de alcohol y estupefacientes. Estos últimos son de mayor predilección ya que se escapa de la dura realidad sin tomarse tanto tiempo. La gente que opina desde el privilegio en donde se encuentran simplemente los llaman: focos de infección. No ven el otro lado de la moneda, es decir, son seres humanos que no tienen la misma suerte de la mayoría que cuenta con un espacio cálido, con una porción de comida caliente y con una cama limpia en donde descansar.
¿Cuándo tendrán la empatía suficiente para ver el panorama completo?