Buena parte de la oferta electoral de Guillermo Lasso pasa por reformas legales, cambios constitucionales y por consulta popular. ¿Siempre lo supo y en gran medida engañó al país diciendo que lo haría desde el Ejecutivo? ¿Quiere hacerlo como ahora ocurre en Argentina con su coideario Mauricio Macri o como lo hace el usurpador del poder en Brasil?

Solo por mencionar la reducción de impuestos, esto implica una reforma legal o una nueva ley. Al perder estrepitosamente en las elecciones legislativas, la alianza SUMA-CREO no tiene ninguna oportunidad de cumplir una promesa de esa magnitud.

De hecho, alcanzar apenas 33 legisladores demuestra que no le sirvió de nada a Guillermo Lasso y a Mauricio Rodas el enorme gasto e inversión en usurpar dirigentes políticos de otras tiendas, concurrir a actos donde se tomaban fotos supuestos representantes de sinnúmero de organizaciones y partidos tradicionales.

Ese clientelismo tuvo sentido porque detrás hubo demasiado dinero en oferta, ambiciones de caudillos de viejas prácticas y de añejas dinámicas políticas. Lasso invirtió demasiado en quienes jamás le responderían con lealtad y menos con lucidez y popularidad.

Habría que revisar las fotos famosas donde sentaba en la misma mesa a exsocialdemócratas, exdemocratacristianos y exsocialcristianos, entre otros, para saber que ni todos ellos juntos le darían la mayoría legislativa que requiere un mandatario para cumplir una agenda gubernamental que pasa por la aprobación de leyes trascendentales en la primera función del Estado.

Y tampoco le sirvió dividir al movimiento indígena, de choferes, a determinadas organizaciones sociales y de campesinos. No basta con poner su fortuna para convencer a un electorado que ha madurado y ahora vota por tendencias y proyectos políticos.

La derrota legislativa de la derecha, en general, explica cómo nos engañaron los medios comerciales y las redes sociales sobre la verdadera expectativa política del pueblo ecuatoriano. Y por tanto también sobre la ilusión de proponer cambios de fondo a través de leyes. ¿Lasso y Rodas se engañaron con sus listas para asambleístas? (O)