“Vamos a ir al Banco Mundial (BM), al Fondo Monetario Internacional (FMI), a la Corporación Andina de Fomento (CAF), para obtener crédito y cambiar la deuda mala por deuda buena”. Así se expresó ayer en Ecuavisa el presidenciable Paco Moncayo (ID).

Para ello, Moncayo Gallegos no descarta la venta de activos estatales, algo que, en términos comunes y corrientes, significaría entrar en una oleada de privatizaciones de bienes públicos.

Eso no es todo, el presidenciable de la Izquierda Democrática (ID) sostiene que “debemos vivir como un país de acuerdo a sus posibilidades”, quizá justificando, de manera imperceptible, una nueva política de ajuste ante la recesión. En los hechos, ¿qué significaría eso? ¿El país volvería a inclinarse ante los tradicionales organismos internacionales de crédito, quizá sacrificando los avances logrados en materia de política social y redistributiva?

¿Dónde quedarán entonces aquellos principios para alcanzar el éxito en la vida (positivismo, paciencia, persistencia, disciplina y visualización)?, base sobre la cual los ecuatorianos hacen, cada instante, el mayor de sus esfuerzos orientados a lograrlo.

Con propuestas así, ¿cómo puede aplicarse aquello de: ‘Piensa en grande y triunfarás’? ¿O dónde quedan los 10 consejos para el éxito del electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de manera especial aquel de ‘Tienes que verte a ti mismo victorioso’? (O)