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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Análisis

Pachakutik es un movimiento que lidia con demonios propios

Pachakutik es un movimiento que lidia con demonios propios
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En junio de 1990, superando obstáculos logísticos y organizativos de envergadura, el movimiento indígena irrumpió en el escenario político nacional. No fue dádiva sino un derecho ganado a pulso, contra viento y marea.

A 26 años de las jornadas históricas de los pueblos originarios -protagonistas del mayor levantamiento indígena en la historia del país- hoy el escenario es otro. En esos días llegaron a poner contra las cuerdas al Ecuador político; en la actualidad, dicho movimiento se enreda en sus propias cuerdas.

El levantamiento del 90, que luego dio vida a Pachakutik, brazo político de los indígenas, chocó de frente con el gobierno de Izquierda Democrática (ID), el mismo partido que acaba de postular a un militar retirado a la Presidencia. A su vez, Pachakutik (o parte de él) terminó colocando su bandera al servicio del candidato de la ID. Lourdes Tibán es la voz cantante de esa transición. Son las paradojas y contradicciones de la historia.

Dejando de lado el folclor banal, es materia pendiente el gran análisis del aporte real del movimiento indígena a la lucha política del país. Porque su contribución no fue trabajo de poca monta. Al fin, fue un movimiento de masas, lleno de razones históricas y vitalidad, que puso en jaque al establecimiento político de la época, incluyendo a las FF.AA., que nunca antes habían trabajado sobre un escenario impensado: enfrentar un movimiento social a gran escala, que cuestionó severamente el poder constituido. Eso y más representó el movimiento indígena.

Su fragmentación actual es un dato de la realidad. Hay muchas causas de tal fractura y no falta la explicación. ¿Pero, quién las asume? En los días de “gloria” del movimiento brilló la figura de Luis Macas, fundador de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Hubo analistas encandilados con él que incluso llegaron a decir que era el “Osvaldo Hurtado de los indígenas”.

Esta anecdótica expresión, en cierto modo deviene real: hace 26 años los indígenas cuestionaron al poder, luego ingresaron en su dinámica. Por eso su agenda mediatizada es rehén de las circunstancias. Ahí se explica, por ejemplo, la contradicción histórica de Pachakutik: nació contra la ID, pero ya avaló al candidato que cuando vistió uniforme miró al indígena con las reservas del caso. (I)

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