Paúl Carrasco se quedó sin opciones por lo que la unidad se reformuló
Jaime Nebot abrió el camino para la candidatura presidencial de Cynthia Viteri
Hay quienes tienen una visión circular de la historia. Y ese parece ser el caso del Partido Social Cristiano (PSC). Si Jaime Nebot era el delfín de León Febres Cordero, ahora el alcalde de Guayaquil ha cambiado de puesto.
Como favorito de Febres Cordero buscó la presidencia de la República, de manera infructuosa, 2 veces. Ahora como líder máximo del PSC hará lo mismo con la asambleísta Cinthya Viteri, la cara más amigable de esa agrupación.
Viteri es la candidata, pero Nebot el estratega, tanto que él mismo lo reconoció esta semana en una cadena radial. “Mi papel es estar afuera”, confesó.
Desde ese sitial, Nebot reformuló la idea de Paúl Carrasco. El prefecto de Azuay impulsaba afanosamente una alianza electoral con los alcaldes de Guayaquil y Quito.
Carrasco sabía que ni Nebot ni Rodas tenían aspiraciones presidenciales. Así que armó una plataforma con ellos. Era un plan perfecto porque tenía como aliados a los principales alcaldes del país y con él lograban una equidad territorial envidiable. Pero todo se empezó a desmoronar cuando Mauricio Rodas se atrincheró en el Municipio y Carrasco ni aparecía en las encuestas. Nebot aprovecha esa debilidad y postula a Viteri de manera unilateral.
Rodas sacó a Suma de la Unidad y Carrasco se resintió. A regañadientes aceptó competir con la asambleísta y definir al ganador por encuestas.
El golpe fatal para el prefecto vino con la no inscripción de su partido (Podemos) ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Con eso, Carrasco quedó en manos de Nebot. El alcalde atrajo a su esfera de influencia a la Concertación de César Montúfar y a Avanza de Ramiro González. De facto, la Unidad reemplazó a sus integrantes y dejó expedito el camino de Nebot, y por ende la candidatura de Viteri, que se oficializó esta misma semana.
Con una amplia trayectoria desde el Legislativo ahora Cynthia Viteri Jiménez es la candidata por la coalición, La Unidad.
Abogada de profesión, nació en Guayaquil en 1965. Antes de incursionar en la política fue presentadora de noticias, a principios de la década de los noventa en el canal de televisión Telecentro (hoy TCTelevisión). Cuando León Febres Cordero ganó la Alcaldía de Guayaquil, en 1992, laboró en el Departamento de Comunicación del Municipio. Desde ese momento quedó ligada al PSC.
Fue en 1997 cuando comenzó su trajín político electoral, al candidatizarse para la Asamblea Nacional Constituyente de 1998 por el PSC, donde resultó elegida. Meses después ganó una curul en el entonces Congreso Nacional tras las elecciones de ese mismo año. Como legisladora fue miembro de la Comisión de Salud y Medioambiente. Para 2002 nuevamente se postula como diputada y logra su reelección. En este nuevo período fue presidenta de la Comisión de lo Civil y Penal.
Cuestionó, junto con sus compañeros del partido, la gestión del entonces presidente Lucio Gutiérrez, que fue derrocado tras semanas de violentas protestas en Quito.
En una maniobra de última hora, la oposición descabeza la cúpula del Congreso y Viteri asume como vicepresidenta. En ese cargo fue la encargada de tomar juramento y posesionar a Alfredo Palacio, en 2005, mientras en las calles la convulsión estaba en su máximo nivel. Esa imagen suya, con micrófono en mano tomando juramento a Palacio, en la accidentada sesión en Ciespal, se ha convertido en una de las postales de la década de inestabilidad política.
Para las elecciones de 2006, el PSC la postuló como candidata a la presidencia; aunque partía en principio como una de las favoritas, apenas alcanzó el quinto puesto con el 9,63% de los votos. Hay que recordar aquel cierre de campaña porque retrató muy bien la división que afrontaba el PSC por ese entonces: el grupo de Nebot y el grupo de Febres Cordero.
En la última caravana, en una camioneta iba Febres Cordero, en otra Nebot y en una tercera Viteri. Eso fue un jueves, el domingo la legisladora perdió y a ella, sola, le tocó afrontar la derrota. Ninguno de los dirigentes la acompañó, como suele ocurrir en estas ocasiones. Eso marcó su distanciamiento del partido.
Para 2009, fue elegida asambleísta por Guayas por Madera de Guerrero, el experimento local que creó Nebot para hacer frente al desprestigio en el que había caído el PSC, fruto del discurso arrollador de Rafael Correa y su postura contra la partidocracia.
Durante su labor como legisladora fue una de las voces opositoras al gobierno. Fue parte de la campaña por el No en la consulta popular para reformar aspectos del sistema judicial y el rol de los medios de comunicación. En 2013 fue elegida asambleísta nacional. Desde entonces ha sido una de las voces más prominentes de la oposición. Por eso ha tenido varios enfrentamientos verbales con asambleístas de PAIS.
Con tanta vehemencia defiende sus posturas que viajó a la convulsa Venezuela. Allí participó en política interna lo que le valió la expulsión del país.
Con esa hoja de vida, busca por segunda vez Carondelet. Cuando se lanzó la primera ocasión, ganaba en Chile Michelle Bachelet. Ahora Hillary Clinton parece que hará lo mismo en EE.UU. ¿Y Cynthia? (I)