De la alegría desbordante al asombro. Del asombro al descontento y frustración. En solo 2 horas esas fueron las etapas por las que pasaron, el pasado domingo, los excandidatos y militantes de la alianza SUMA-CREO, conocidos los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE).

A las 17:00 del domingo, apenas se cerró el proceso electoral, la felicidad inundó el rostro del excandidato Guillermo Lasso, su compañero de fórmula, Andrés Páez, y seguidores, cuando el canal Ecuavisa emitió los resultados del  exit poll de la empresa Cedatos, que le daban un supuesto triunfo sobre Lenín Moreno (Alianza PAIS).

Júbilo y sonrisas acompañaron a las palabras de agradecimiento y promesas de que gobernaría para todos los ecuatorianos, en el hotel Hilton Colón de Guayaquil, donde ofreció sus primeras palabras. Luego empezó su itinerario con entrevistas en canales de televisión, para el mismo fin, incluso en una de ellas fue felicitado.

Pero la alegría se esfumó cuando el CNE emitió los primeros resultados, con más del 80% de los votos escrutados: su contendor, Lenín Moreno, tomó la delantera con una diferencia de 2 puntos porcentuales, diferencia que muy poco variaría. Entonces la palabra “fraude” fue la tónica desde aquel momento.

Ya no sonreía, ahora su rostro era de disgusto y sus palabras no eran conciliadoras, sino enardecidas.

Llamó a su militancia a protestar, a salir a las calles, mientras buscaba presuroso a la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) para insistir en el supuesto fraude. “No podemos aceptar los resultados, el pueblo ecuatoriano se encuentra indignado”, manifestó,  

Mientras líderes y presidentes de la región felicitaban al presidente electo, Lenín Moreno; él azuzaba a sus seguidores para que se manifiesten en los exteriores del CNE y delegaciones provinciales.

Al día siguiente sufrió otro golpe. El secretario de la OEA, Luis Almagro, se unía a las congratulaciones, mientras los observadores reiteraban la transparencia del proceso. “El Secretario de la OEA felicita el fraude en el Ecuador, esa es la hipocresía de aquellos que quieren ver al Ecuador en el extremo de Venezuela, para recién hacer un par de tibias declaraciones”, criticó.

Se movilizó a Quito, Guayaquil y Cuenca para instar a la militancia a mantenerse en la protesta. El siguiente paso fue deslegitimar el proceso, ya avalado por los observadores internacionales, primero, por supuestas inconsistencias de 1.795 actas, después, por un “fallo informático”, en una estrategia para desacreditar todo el proceso electoral.

Las últimas exigencias son que se revisen, no solo las citadas inconsistencias, sino todas las actas y, como corolario, una auditoría al sistema informativo del CNE. (I)