El proceso electoral en el sur de la capital se desarrolla sin contratiempos. En la mayoría de recintos la jornada se inició, como estaba previsto, a las 07:00, aunque durante las primeras horas no hubo mucha afluencia de votantes. Además, en varios lugares los militares fueron los primeros en ejercer su derecho al voto. En el Colegio Técnico Miguel de Santiago, los comicios se viven intensamente, ya que un gran número de ciudadanos se acercó al recinto desde que se abrieron las urnas. Pasado el mediodía, los votantes tenían que realizar largas filas. Es así que la junta hombres #01 es la que, al momento, registra mayor afluencia de ciudadanos.

Vinicio Páez comenta que se acercó a sufragar al mediodía porque creyó que habría menos gente. En su fila había más de 40 personas a la espera de votar. “Pensé que me demoraría 15 minutos, pero veo que será una hora o más".

En la misma institución educativa, la situación es diferente para los miembros de la mesa #8 asignada tanto para mujeres como para hombres. Hasta el momento, se conoce que menos del 30% del padrón, conformado por 330 personas, asistió a sufragar. Las unidades educativas Marquesa de Solanda y Emilio Uzcátigui no presentaron, hasta el mediodía, mayor afluencia de personas. Los miembros de las juntas esperan que a partir de las 14:00 se eleve el número de los votantes.

Durante la jornada se hizo evidente la ayuda prestada a las personas con discapacidad o de la tercera edad, principalemente, en las mesas de atención prioritaria. Los militares son los encargados de llevar las papeletas desde las mesas hasta la atención preferencial. Hasta ahí llegó Luis Gómez, de 91 años, quien se acercó a sufragar en la Unidad Educativa Gonzalo Zaldumbide.

Comentó que quizás esta sea la última vez que se acerque a sufragar, porque decidió hacer un esfuerzo para desplazarse hasta este establecimiento educativo. El exmilitar llegó acompañado de su hijo Marcelo Gómez.

Una oportunidad para los comerciantes

A las afueras de los varios recintos electorales hay un gran movimiento comercial. Así, por ejemplo, en la vereda de ingreso a la unidad educativa Miguel de Santiago, situado en el sur de Quito, se observan puestos de venta de cevichochos, papas rellenas, empanadas y frutas. Los vendedores se dieron cita en los recintos desde la madrugada del domingo.

Elizabeth Espinoza, comerciante, explica que se ubicó en la entrada de la unidad educativa Eduardo Vásquez Dodero desde la 01:00, pues debía evitar que nadie más ocupe su espacio. (I)