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El Telégrafo
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Análisis

En invierno crecen los hongos, tanto como las ofertas de campaña de ciertos candidatos

En invierno crecen los hongos, tanto como las ofertas de campaña de ciertos candidatos
Foto: Miguel Castro / EL TELÉGRAFO
21 de enero de 2017 - 00:00 - Redacción Política

Llegó enero, y antes que el invierno, las ofertas de campaña se multiplican como plaga sin remedio. Calles, pueblos, medios de comunicación, redes sociales... todo escenario les resulta útil para promocionar las ofertas, con las cuales los candidatos intentan seducir a un electorado nacional que -suponen ellos- está ávido de promesas.

En esa ‘danza de lobos’, la desesperación por hacerse de los votos desató una oleada de promesas que, a ratos se parece a una colcha de retazos, y otras veces, al simple ejercicio de demagogia de cuarta categoría.

Se ha escuchado, por ejemplo, que, “si me apoyas con tu voto”, el país estará próximo a la instalación de la pena de muerte; se declararán como festivos 4 días bíblicos en un Estado laico; el Estado garantizará las pensiones alimenticias de los hijos cuyos padres no cumplen con su obligación; un millón de familias pobres no pagarán energía eléctrica; se construirá la mega-autopista de alta velocidad entre algunas ciudades de los Andes. Y no faltan los políticos mesurados que se limitan a ofrecerse como el simple “ojo seco” dentro de la Asamblea Nacional.

Cierto, la vorágine electoral de algunos candidatos -en especial de aquellos que siguen abajo en las encuestas-  atosiga al elector, los compromisos de tarima confunden su mente. Eso hace que, a veces, los árboles impiden ver el bosque y se genera la duda. Frente a la maraña de ofertas invernales difíciles de detener, el pueblo tiene el antídoto de peso: ir a las urnas y votar con pie a tierra. (O)

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