“Mi voto es un voto más”, repetía insistentemente Targelia Meléndres, una ciudadana de 90 años. Ella considera que es su derecho sufragar y por eso estaba contenta de que la junta receptora del voto llegue a su casa.

Está consciente de que su voto es opcional, pero cree que es importante hacerlo. Como ella 153 personas en Guayas estaban habilitadas para ejercer su derecho a través del programa Voto en Casa. Su hija, su nieta y bisnieta la acompañaron en su emoción.

En el país son más de 800 personas las inscritas para votar bajo esa modalidad. La jornada en la Delegación de Guayas inició antes de que salga el sol, poco a poco llegaban los integrantes de las 16 juntas móviles, policías, delegados, veedores y quienes integran la Junta Provincial Electoral.

A las 06:40 empezó el acto, con un auditorio lleno, la banda de la Comisión de Tránsito entonó las notas del Himno Nacional. Los integrantes de las Fuerzas Armadas custodiaron el traslado del material electoral hasta las juntas, que se instalaron en el auditorio de la Democracia.

En el sitio, los representantes de la Policía Nacional tomaron la posta para custodiar el proceso durante la instalación y el traslado a los hogares de las personas.

Los votos que se receptaron ayer, así como los de las personas privadas de la libertad que sufragaron el jueves, serán contabilizados el domingo a partir de las 17:00.

El Voto en Casa es una de las iniciativas inclusivas que han sido reconocidas en otros países y beneficia a las personas con más de 75% de discapacidad.

Otro ciudadano satisfecho con el programa fue Luis Eduardo Rodríguez. Tiene 76 años y, desde hace 8, un derrame le impide movilizarse y hablar con normalidad. Su esposa, Flor Espinoza de los Monteros, afirma que su compañero “quiere seguir siendo ciudadano”, pues elegir a los gobernantes es una facultad de los individuos.

Roberto Ronquillo, director de la Delegación del CNE en Guayas, recalcó que las personas mayores de 65 años y con discapacidad también son ciudadanos, por ello, acercarles el voto no es un regalo -afirmó- sino parte de la democracia.

El voto en casa se desarrolló en todo el país simultáneamente. En Quito el mal clima no impidió que a las 06:30 las 12 mesas móviles se conformaran con los delegados designados previamente por el Consejo Nacional Electoral (CNE), quienes salieron enseguida hacia los domicilios de 108 personas inscritas en el programa “Voto en Casa”.

Delegados del CNE ayudan a Blanca Rosas, de 82 años, a poner la huella digital en la papeleta de votación, su esposo de 92 años la asistió todo el tiempo. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO

La Policía, que se encargó de transportar las urnas como las papeletas, contó con el acompañamiento de observadores internacionales y nacionales, quienes se dirigieron en caravana vehicular a los distintos puntos de la urbe.

El primer domicilio al que llegó la mesa móvil fue el de Blanca Beatriz Rosas Pinto, de 82 años, quien sufre hace 45 años de artrosis degenerativa irreversible, por lo que no puede caminar.

Una de las hijas abrió la puerta de la casa localizada en la zona de la Villaflora, en el sur de la urbe. La mujer ya esperaba cubierta por un poncho de lana gruesa, sentada en una silla de ruedas, junto a la mesa del comedor al lado de su esposo Julio Valladares, de 92 años.

Ella emocionada sonrió cuando le entregaron la papeleta. Su esposo se agachó para ayudarle a abrir los dedos de su mano derecha, cuyos músculos están entumecidos por la enfermedad, para que pueda agarrar el bolígrafo. Entonces extendió la papeleta que sacó de una bolsa plástica sellada, para que su conviviente consigne el voto.

“Gracias por venir, ya no puedo moverme pero me siento muy alegre espero que ahora vuelva la paz y el diálogo”, su marido también expresó su agradecimiento, “qué bueno que nos tomen en cuenta”.

El hombre, a pesar de su edad,  pretende acudir el domingo a votar como siempre lo ha hecho. “No necesito todavía ayuda para moverme, claro que me acompañará alguna de mis 8 hijas”.

El presidente del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis), Xavier Torres, también supervisó el desarrollo del programa y señaló su satisfacción por los avances en la política pública de plena participación y espera seguir incrementando el número de personas, ya que existirían alrededor de 4.000 votantes con discapacidad de más del 75% que podrían inscribirse en este programa.

También censuró el uso de imágenes de personas con discapacidad que tienen el derecho al voto asistido y que las difundieron en redes sociales para simular la idea de un fraude.

“Eso indica una falta de respeto a nuestros derechos, por eso rechazamos la prepotencia de alguna gente que quiere hacer creer que esto no está bien”, manifestó. (I)

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 Pese a la lluvia el Voto en Casa llegó a 111 personas en la provincia del Azuay

Ni el frío, ni la lluvia en Cuenca impidieron que los integrantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) lleguen a los 11 hogares de la provincia del Azuay para recibir el Voto en Casa.

El presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, acompañó a los brigadistas que llevaron el material a los diferentes hogares inscritos con anterioridad y que está dirigido a las personas mayores de 65 años y que tengan el 75% de discapacidad.

Blanca Soledad León, de 79 años, fue la primera persona en dar su Voto en Casa, en Cuenca. La mujer estuvo esperando a los miembros del Consejo Electoral en su domicilio situado en la calle Intiñan y Quillañan, al este de la urbe.

Ella dijo que era difícil trasladarse el domingo a las votaciones debido a su situación de salud (actuamente se moviliza en silla de ruedas).

Juan Pablo Pozo, en el acto de inauguración, indicó que este proyecto comenzó en 2013 y estaba dirigido a 18 personas del cantón Ambato, pero que ahora ha crecido a 883 ciudadanos en 24 provincias del país.

“La inclusión no ha quedado en la teoría, está ahora en la práctica con el Voto en Casa”, dijo Pozo.

El presidente del CNE, indicó también “que estos votos son iguales al de cualquier otro ciudadano, de cualquier autoridad, que cualquier persona privada de libertad y además es parte de la democracia que hay en Ecuador”. (I)