Por primera vez en este proceso electoral los 8 candidatos a la Presidencia de la República se reunieron en un mismo set. Fueron convocados por el diario privado El Comercio a un debate que utilizó un formato tradicional, dividido en tres segmentos, en donde los aspirantes tuvieron un minuto y medio para responder a cuestiones sobre temas puntuales referidos al área social, institucionalidad del Estado y económica.

Esta vez, a diferencia del debate anterior, organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil, no se permitió el ingreso de barras, salvo alrededor de 50 invitados especiales, representantes de sectores comerciales, diplomáticos y de la Iglesia católica, además de una treintena de periodistas de diferentes medios, a quienes recluyeron en un hall, completamente resguardado, lejos del set principal.

Sin embargo, la participación ciudadana y de barras se trasladó a las afueras del edificio del periódico, donde se concentraron seguidores de los diferentes candidatos.

Redes sociales más activas

Al margen del debate, se dio una actividad intensa en las redes sociales, en la que se destacó el presidente Rafael Correa, quien durante las 2 horas de programa escribió alrededor de 22 mensajes en Twitter, contestando las intervenciones de los panelistas, lo cual generó un promedio de 4 mil personas interactuando por cada trino.

Sobre este punto, el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales (Flacso), Adrián Bonilla, opinó que las redes sociales estuvieron mucho más intensas que el debate. “El presidente Correa fue el protagonista  indiscutible, quien captó la atención de seguidores y opositores que se terminaron peleando con él, dejando el debate en segundo plano”.

Sobre el debate, comentó que los candidatos expusieron pequeñas pastillas de información de sus propuestas, todos apegados a un guión preparado: “Todos fueron predecibles y enunciaron lo que ya hacen en sus spots publicitarios. Tal vez Patricio Zuquilanda (PSP) fue el menos preparado, pero ninguno cometió errores mayores. El formato del programa no permitió respuestas profundas a los problemas, un minuto y medio no es suficiente”.

Por eso cree que el electorado no va a decidir su voto tras el debate, que según explicó fue muy uniforme. “Creo que el tema de la corrupción mencionado tuvo menos énfasis de lo que se esperaba”.

Además, el catedrático destacó como “algo fuera de lo común”, que es la primera vez que el tema de la educación superior es parte sustancial de las propuestas de todos los candidatos.

En esta línea, el profesor de economía de la Universidad Católica Jorge Salgado, afirmó que en el conversatorio se trataron temas de manera muy general,  no fue un debate, más bien se trató de una exposición sin interlocución, en donde se repitieron propuestas de campaña “ofrecieron muchas cosas los candidatos, pero no dijeron cómo”.

El experto intuye que las propuestas no están técnicamente construidas, sino preparadas de manera electoral. “Dicen lo que la gente quiere escuchar, empleos, seguridad, niñez, pero todos los enunciados carecen de sustento, de cómo lo van a hacer, las mismas generalidades, mucha demagogia se escuchó en el debate”, indicó.

Ciertos medios jugaron su rol

Jorge Salgado aclaró que el encuentro de los presidenciables estuvo condicionado por la coyuntura, por la discusión de los casos de corrupción que marca la agenda de los candidatos y medios de comunicación. “Atravesamos una coyuntura compleja que confronta nuevos  episodios de corrupción con los anteriores, lo que marcó el debate y los ataques al candidato oficialista”.

Recalcó que, por ejemplo, es una vieja estrategia que la candidata Cynthia Viteri (PSC) usó en el debate anterior y le fue mal. Ahora lo hicieron los demás candidatos: “No podemos sobresalir a partir de nuestro propio esfuerzo y argumentación, sino atacando al otro. Esto se pudo ver en el debate, lo cual es preocupante cuando el país requiere soluciones concretas”.

Dijo eso en referencia también al ambiente previo al debate, que se vio matizado la misma semana, por la difusión en redes sociales de una entrevista realizada por periodistas de tres medios de comunicación ecuatorianos (Ecuavisa, Teleamazonas y diario Expreso) a Carlos Pareja Yannuzzelli, quien huyó a Miami (EE.UU.) luego de que la Fiscalía lo acusó de formar una red que recibía millonarias coimas a cambio de contratos en Petroecuador.

Las declaraciones aparecieron en video en pequeños extractos en los que el prófugo acusaba a Jorge Glas, de conocer todo lo que pasaba en la empresa petrolera ecuatoriana. De esas declaraciones se hicieron eco la mayoría de medios privados del país, que alimentaron un ambiente de duda alrededor del candidato a la Vicepresidencia por Alianza PAIS (Glas) a pocas horas del debate.

Pero el tema cambió de rumbo cuando Expreso publicó que no sacaría la entrevista, que hicieron sus reporteros en Miami, porque el acusado no aportó ninguna prueba de sus aseveraciones contra Glas.

De la misma manera la televisora Ecuavisa tomó distancia de Tania Tinoco, quien al parecer se reunió con Pareja Yannuzzelli el mismo día que el periodista de Expreso y Janet  Hinostroza de Teleamazonas.

“Aclaramos que esa entrevista se realizó sin consentimiento de Ecuavisa y por decisión personal de la periodista. La entrevista no se ha transmitido en nuestros espacios informativos”, escribió el canal.

Al respecto, la secretaria de la Política, Paola Pabón, indicó ayer en una entrevista con Ecuador TV que “Lenín Moreno (PAIS) lo dijo con absoluta frontalidad: jamás un prófugo (Pareja) podrá aceptar su implicación y lo único que está buscando, de manera cobarde es deslegitimar un binomio, que gracias a la ayuda popular sigue siendo la primera opción para el 19 de febrero. Si la oposición tuviera alguna prueba que involucre a algún funcionario de nuestro Gobierno la sacarían”.

Salgado añadió que en el tema económico por ejemplo, no se escuchó en el conversatorio, alguna estrategia financiera de reestructuración de obligaciones, “nada en los temas productivos, el país no se arreglará entregando solo préstamos y bajando impuestos”.

Aclaró que la política de desarrollo debe tener un tratamiento total, con procesos serios de planificación que contemple de manera armónica y simultánea el tema financiero, que tome en cuenta a todos los actores en la toma de decisiones, pero “solo se expusieron propuestas simples, aisladas, sin elementos, lo cual alienta la sospecha de que sus proyectos serán funcionales a los grupos de poder que defienden”.

Incluso, el presidente Correa, el tuitero con más de 3 millones de seguidores, dijo en uno de sus tuits, “Sin duda, Lenín ganador del debate. Altura, ideas, convicción. Pero en general... ¡qué pobreza de debate!”. (I)