Fue muy evidente lo que se vio en el set de Teleamazonas: ayer Lenín Moreno mostró serenidad, estuvo respetuoso, firme, imperturbable y seguro de lo que dijo. Y sin decirlo también dijo muchas cosas, entre ellas: disipó el estilo confrontador de ciertos políticos y periodistas opositores a su candidatura. Esta fue la esencia de la entrevista de 35 minutos (incluidos los cortes publicitarios) con la presentadora Janet Hinostroza.

“Mi principal propuesta es cambiar la mentalidad de los ecuatorianos. Muchos jóvenes no quieren participar en política porque la ven como mecanismo de corrupción, como mecanismo feo, de calumnia, de insulto, de bajeza”, reflexionó el candidato presidencial de Alianza PAIS ante la periodista, quien le preguntó temas de diversa índole, algunos de ellos puntillosos. Moreno no se inmutó.

El diálogo fluyó entre el candidato presidencial y la periodista, quien en cierto modo estuvo desconocida, pues dejó de lado el tono otrora inquisidor y sancionador, especialmente cuando entrevista a miembros del Gobierno actual o a dirigentes políticos de Alianza PAIS.

En los 45 días que durará la presente campaña electoral, es posible -quizá inevitable- que ciertos candidatos revisen sus estrategias y tácticas ancladas a la terapia de choque. Está comprobado que el ataque, la calumnia, la injuria, el descrédito, el agravio y la invectiva tienen límites frente a un elector inteligente e informado que busca propuestas firmes, serias. Esa es la realidad del país. (O)