Testimonio
Artesanos confían en que habrá más apoyo a futuro
Junto a su esposo Jorge Tapia constituyen la tercera y última generación de artesanos de cuero repujado que queda en Calderón, al ingreso norte de Quito.
“Lastimosamente, ya nuestros hijos no quieren dedicarse a esta actividad porque aún es complicado ser artesano en este país”, comenta Irene Vargas. Los cuatro hijos que procrearon salieron adelante gracias al esfuerzo de ambos artesanos y del apoyo ocasional del Ministerio de Productividad a través de las ferias populares.
“Nosotros tenemos un lindo centro comercial de artesanías en Calderón, pero tristemente está casi escondido y nadie nos visita porque el mercado que es la antesala luce descuidado y desaseado y quienes llegan creen que así es todo el lugar”.
Por eso, gracias a su autogestión, Jorge logró viajar a varias ciudades de Estados Unidos a promocionar sus productos que tuvieron una excelente acogida y logró venderlos al triple del precio que los comercializa en el país.
“Acá no se aprecia la magnitud de un trabajo hecho a mano y, aunque se han dado varios avances para impulsar el turismo, aún faltan muchas cosas por hacer. Esperamos que el nuevo Gobierno nos dé mayor apoyo porque somos un puntal básico en el aspecto promocional”.
La elaboración de un reloj con el escudo impreso en la mitad tarda cerca de 3 días, mientras que un llavero o un portavasos toma tan solo un día.
“A nosotros nos gusta trabajar minuciosamente, poniendo especial cuidado en cada uno de los detalles del adorno que es enteramente hecho a mano y a base de varias herramientas pequeñas para lograr un buen repujado en cada uno de los puntos. No hay nada de industrial, pero eso no valoran nuestros compatriotas”.
Irene sabe que existen leyes y entidades creadas en el gobierno del presidente Rafael Correa para favorecer a los pequeños emprendedores, pero hasta el momento no ha logrado beneficiarse de forma directa. Al momento busca un crédito de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria para que su esposo amplíe su producción y viaje a Israel para asistir a una feria.
Desde hace 2 años es parte de la Asociación de Productores Progresistas de mazapán de Calderón y con ellos busca darle un impulso a esta actividad que al momento tiene inconvenientes para poder mantenerse.
“Necesitamos un monto de $ 10.000 para que el trabajo en cuero no desaparezca porque es algo muy valorado por la gente extranjera y poder participar en esta feria es de gran importancia para nosotros”.
La ayuda económica que requieren es para cubrir los rubros de pasajes, alimentación y el seguro de viajes porque en tierra asiática les cubren el hospedaje. (I)