Cada vez está más cerca el sufragio del 19 de febrero de 2017 y los candidatos, independientemente de la organización política o ideología, emplazan al resto de aspirantes a la Presidencia de la República a dejar de lado el discurso demagógico.

El líder de Fuerza Ecuador (FE), Abdalá Bucaram Pulley, criticó el 22 de diciembre pasado las respectivas ofertas de Guillermo Lasso (CREO) y de Cynthia Viteri (PSC-MG) de crear 1’000.000 de empleos en 4 años y subsidiar la energía eléctrica a las familias más pobres.

Estas ideas, según Bucaram, caen en la demagogia. El mismo criterio comparte Paco Moncayo, candidato por la Izquierda Democrática (ID), quien manifestó el 15 de diciembre pasado: “Yo no soy un demagogo que ofrece 1’000.000 de empleos en 4 años. Somos serios y sabemos que podemos cumplir lo que ofrecemos, ya lo hemos hecho”.

Para el politólogo Mario Ramos todas las propuestas que no cuenten con una explicación de cómo se las cristalizará son demagógicas. Incluir estas ideas en el discurso, a criterio del experto, “es un grave error de campaña electoral” y puede repercutir en las preferencias del pueblo ecuatoriano.

Explica que, actualmente, en los sondeos ya se perciben los estragos de la demagogia. “Una parte de la oposición ha dicho no a lo logrado en los últimos 10 años y pretende desmontarlo. Esto no le agrada a los ciudadanos y por eso la marcada tendencia hacia el candidato de Alianza PAIS (AP), Lenín Moreno”.

Actualmente, Moreno cuenta con una aceptación que oscila entre el 22% y el 44%, según los resultados de once encuestadoras nacionales.

El sociólogo Napoleón Velasteguí resalta que quienes incluyen estas promesas están “menospreciando  la inteligencia del elector que tiene un filtro muy agudo para identificar cuál postulante puede o no cumplir todo lo que oferta”.

Es así que considera que solo el candidato que respeta al electorado no incluirá propuestas irreales en su discurso, así como en el Plan de Trabajo presentado en el Consejo Nacional Electoral (CNE).

“El pueblo sabe quiénes cumplen y quiénes no. Ya están catalogados. Creo que esta última década sirvió para comparar cómo se avanzó con respecto a las anteriores administraciones”, manifestó.

Moreno, a diferencia de los otros postulantes, “ofrece continuar con los cambios que se han registrado en los últimos 10 años y por eso goza de mayor credibilidad”, sostiene Velasteguí.  

De ahí que criticó una de las ofertas  en común de Lasso, Viteri y Moncayo. “Cómo van a prometer devolverle la autonomía al Issfa, IESS e Ispol si todas las entidades son financiadas por el Estado”. (I)