Con una ceremonia artística y de premiación, la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom) celebró ayer en la Capilla del Hombre (Quito) su primer aniversario de gestión.

Esta entidad, que nació con la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), registró hasta el 25 de septiembre último un total de 162 trámites entre denuncias, consultas y requerimientos ciudadanos.

De esta cifra se emitieron 43 resoluciones, de las cuales 12 fueron absolutorias y 31 sancionatorias, que consistieron en amonestaciones escritas, pedidos de disculpa pública por contenidos discriminatorios y pedidos de rectificación a varios medios del país, pero no se ha ordenado el cierre de ningún medio.

Durante su intervención, el superintendente Carlos Ochoa dijo que, a pesar de las versiones de que esta normativa venía a cerrar medios y a censurar, durante este tiempo se ha democratizado la palabra y se evidencia el respeto de derechos.

La socialización de la ley fue una de las principales tareas realizadas a través de 23 talleres y charlas en las 7 intendencias zonales. Para Ochoa, se priorizó la necesidad de que los ciudadanos, estudiantes de comunicación o periodistas conozcan los derechos de la comunicación.

A pesar de tener la competencia para sancionar y fiscalizar a los medios de comunicación, el objetivo de la Supercom es “educar para prevenir sanciones”. También se efectuó un estudio sobre el avance del cumplimiento de la aplicación de la Ley de Comunicación, el cual fue presentado en agosto.Ahí se analizaron 31 de los 78 medios considerados de mayor sintonía y se observaron 2.004 contenidos.

También se destacaron las campañas emprendidas como ‘1x1’ y ‘Una comunicación incluyente’. Para esta última se otorgó una distinción a 3 programas que se destacaron por calidad, inclusión e interculturalidad: Pasamos la voz, de Esmeraldas; Selvaviva, de Pastaza; y Notas en fuga, de Santo Domingo de losTsáchilas.

El catedrático argentino Guillermo Mastrini, quien fue invitado por la entidad, durante su ponencia ‘Comunicación, medios, regulación y democracia en América del Sur’, relató que históricamente existía un pacto entre propietarios de medios y gobernantes, mientras el Estado no se entrometiera. Dijo que ahora, con los gobiernos progresistas en Latinoamérica, eso está cambiando.