La renuncia de Guillaume Long, como representante de Ecuador ante las Naciones Unidas, junto con una carta en la que formula duros cuestionamientos al Gobierno, provocó el desconcierto en el sector diplomático. Sobre todo por el contenido de índole acusatorio sobre la gestión del Mandatario.

Para  el exministro de Relaciones Exteriores, Patricio Zuquilanda, las expresiones de Long constituyen una agresión no solo al Jefe de Estado, sino también al país. 

¿Qué lectura merece la forma en que renunció Guillaume Long?

Hay maneras de renunciar, debió sujetarse a una característica que tiene la diplomacia  mundial, que es la cortesía, hay cosas que no pueden soslayarse. Este señor (Guillaume Long) no aprendió ni prudencia ni cortesía, en consecuencia, me parece que la carta constituye la prueba directa de que no podía ser nunca Ministro de Relaciones Exteriores, porque es un conjunto de groserías dirigidas a un Mandatario.

¿Qué aspectos cree usted que son los más graves en la carta?

La agresividad que además está sintetizada en varias afirmaciones, por ejemplo, se convierte en un paladín de los derechos humanos del gobierno anterior, cuando en ese gobierno se violaron todos los derechos en forma sistemática, en segundo lugar considera que solo en el régimen anterior hubo defensores de derechos, cuando Ecuador ha tenido una larga tradición en ese sentido, a tal punto que tuvimos un alto comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas como José Ayala Lasso.

La carta es extensa y formula acusaciones... 

El señor Long acusa al presidente de deslealtad, es decir, confunde una renuncia de una función con la defensa de una posición ideológica en forma agresiva y prepotente.

¿Qué acciones debería tomar el Gobierno?

Creo que no solo debería aceptársele la renuncia sino quitarle inmediatamente la carta de naturalización, él no puede seguir siendo ecuatoriano; imagínese si un ecuatoriano se nacionaliza en otro país y envía una carta de esta naturaleza al  Presidente de esa nación (...) en mi opinión el señor debe ser inmediatamente llamado la atención y que se le suspenda la carta de naturalización, porque no se puede permitir que una persona se dirija de esa manera al Presidente de la República, porque ofende a todos los ecuatorianos.

¿Agrava la situación al ser pública la carta?

Una carta de un funcionario, de un representante permanente de las NN.UU. en Ginebra obligatoriamente es un documento público. No puede renunciar de forma privada porque no es un asunto entre amigos. En el momento que representa los intereses de una nación ante un organismo internacional se convierte en un personaje público y su renuncia no solo tiene que ser conocida por los ecuatorianos sino por todas las naciones, así que ¿puede usted imaginarse el impacto de desprestigio para el país?.

¿Cuál hubiera sido, a su criterio, el procedimiento adecuado?

Una renuncia simple, dirigida a la Ministra de Relaciones Exteriores diciéndole, que abandona las funciones de Representante Permanente por motivos personales y si él hubiera querido añadir alguna cosa, que no está de acuerdo con la manera en que se lleva la política exterior y luego agradecer al país y al Gobierno por la designación.

¿Qué puede realizar el Estado  para superar esta situación ante la comunidad internacional?

Debe responder de manera tajante y poner en orden el servicio exterior, enviar una carta a todas las naciones con las cuales mantenemos        relaciones rechazando categóricamente estas expresiones. (I)

 Canciller tilda de error la designación en la ONU
La ministra de Relaciones Exteriores, María Fernanda Espinosa, reaccionó de inmediato al contenido de la carta del exfuncionario Guillaume Long, al punto de que calificó la misiva  como una prueba de “gran deslealtad al Gobierno”.

Así lo expresó en una entrevista en un medio de comunicación televisivo la mañana de ayer, luego de que fue consultada sobre el particular.

Incluso, la Canciller expresó que la designación de Guillaume Long fue un error y cuestionó la postura de rechazo a las decisiones del actual régimen, justo después de siete meses de haber sido delegado ante tal representación internacional.

“Creo que la opinión pública, la gente común y corriente sabrá juzgar quién traiciona y quién es desleal, quién permanece por casi siete meses en un cargo y después se da cuenta de que todos los temas estuvieron mal”,  recalcó la secretaria de Estado.

Espinosa enfatizó que se busca un representante con características de ‘altísimo nivel, que sea leal al Ecuador y al Gobierno’ para que asuma esta responsabilidad internacional.

La carta fue dirigida con copia a la canciller María Fernanda Espinosa y a Andrés Mideros, secretario general de la Presidencia de la República. (I)