Rodrigo Paz pide más cárceles "para tanto pillo"
Tiene buen sentido del humor y es uno de los exalcaldes de Quito más queridos y respetados. Empresario, dirigente histórico de Liga Deportiva Universitaria de Quito y excandidato a la presidencia de la República. Rodrigo Paz conversó con este Diario sobre la ciudad capital, sus principales problemas, la administración del actual burgomaestre, Mauricio Rodas, y las candidaturas para las elecciones seccionales de 2019.
¿Qué se necesita para ser alcalde de Quito?
Tener ideas y sueños. Y un grupo capaz y honesto con liderazgo y decisión para administrar la ciudad. No siempre decirle sí al Alcalde, sino hacerle comprender que hay mejores caminos para solucionar los problemas. Además, se necesita contacto con la gente, especialmente en los barrios más necesitados.
¿Por qué con ellos?
Fui al barrio La Lucha de los Pobres, que era una invasión, pero no me dejaban entrar. Preguntaban a qué iba este oligarca, ¿para humillarlos? Sin embargo, una abuelita les dijo: “¡déjenlo entrar para que constate cómo vivimos!”. No tenían agua, luz, alcantarillado ni vías de acceso. Eso me impactó, me inspiró y legalizamos ese barrio. También les pedimos que pagaran algo y nos pusimos a trabajar con ellos. Les dimos agua, canchas deportivas, iglesia, y un pequeño hospital. Hace poco acompañé a Cynthia Viteri a ese sector. Pensé que no se acordarían de mí, pero un grupo de jóvenes me preguntó: “¿Usted no es el “Papa oso”, de la Liga?”. Les contesté que sí; todos eran hinchas del equipo y eso estableció el diálogo.
La cercanía con la gente, ¿ayuda a ganar la Alcaldía?
Sí. Yo no era un buen orador, nunca lo he sido. Pero tenía cierta facilidad para comunicarme y establecer un diálogo sincero entre el candidato y los interlocutores. Eso fue lo más importante. Me tomé traguitos, comí pollito con lechuga. En Calderón entré a la plaza y me topé con cinco hombres que tomaban cervecitas. Dijeron: “Paz, tómate una cerveza con nosotros”. Me senté y vi cómo uno de ellos sopló con todo la espuma de su botella y yo tomé esa cerveza. Pero lo paradójico es que cuando gané, me fui a festejar a Tumbaco y le pedí a mi esposa que me hiciera unas empanaditas. Pasé dos días con el estómago dañado.
¿El alcalde debe ser quiteño por fuerza?
No necesariamente. Hay una cuestión paradójica: los mejores alcaldes de Quito no han sido de la capital. Jaime Castillo, otavaleño; Sixto Durán Ballén, nació en Boston, y yo soy pupo (Tulcán). Los chagras nos hemos sentido obligados a devolver todo lo que nos ha dado esta querida y bella ciudad.
El conocimiento de la ciudad, ¿cuánto vale en la carrera para el Municipio?
En mi caso fue inesperado. El expresidente Osvaldo Hurtado se empeñó en que me candidatizara. Hicieron una encuesta y yo tenía apenas el 5%; Fabián Alarcón el 40%, y Patricio Romero, el 20%. Era una locura, analicé la idea con mucho tino y se lo comuniqué a mi esposa, pero a ella no le gustaba para nada la idea. Me fui de vacaciones y llevé dos documentos: el contrato de Papallacta y el del Camal. Me di cuenta de que tenían muchas cuestiones, algunos inconvenientes y cosas indecorosas para la ciudad. Eso me impulsó y empecé a recorrer Quito, casa por casa. El principal problema era el agua y el alcantarillado.
¿Cuáles son los principales problemas que enfrentamos en Quito?
La delincuencia, las drogas, el transporte, la polución que no viene de las industrias sino del transporte. Mauricio Rodas, actual alcalde, compró buses a diésel que generan contaminación y afectan a todos los habitantes. Eso produce enfermedades bronquiales. Otro problema de Quito es que no avanzó en el aspecto cultural. Hay ciudades como Cuenca que hasta nos superan en este tema. La gente en lugar de ver TV o malos programas y novelas, debe leer. Eso hace recorrer tantos mundos y prepara mejores ciudadanos.
¿Cuál es su opinión sobre la gestión del alcalde Rodas. ¿El Concejo se perdió entre disputas partidarias y escándalos?
Es penoso. El alcalde joven no ha logrado conjugar los concejales con su equipo de gobierno. Ha tenido 5 directores de Obras Públicas. Eso ha sido fatal. En mi administración todos los que escogí terminaron su período, trabajaron con esfuerzo y honestidad, y no hubo una sola glosa. La corrupción se ha sembrado en el país. Día a día hay nuevos juicios, necesitamos fustigar a todos los corruptos. El expresidente Rafael Correa dice que no ha pecado, pero alrededor de él hubo muchos pecadores. Un político es responsable desde que está en el poder. Tiene que avalar a su equipo. Quito debe enfrentar la corrupción. Eso es casi metástasis en la función pública y privada. Sigue el facilismo, la obsesión por el dinero y el llegar sin esfuerzo a lo más alto.
¿Cómo luchar contra la corrupción?
Con una normativa durísima contra el corrupto y su familia. Planteo que no puedan volver a la función pública. Además, hay que requisar todos sus bienes. Así tendrán miedo de hacer algo. También necesitamos cárceles más grandes para meter a tanto pillo. No es posible que pasen dos años detenidos por corrupción y que después salgan libres por buen comportamiento. La justicia tiene que ser más dura, eficaz y no politizada.
¿El Metro ha sido lo mejor de la alcaldía actual?
Es un error garrafal. César Arias, ecuatoriano, es el mejor técnico de transporte en Sudamérica. Él asesoró a Australia, China y Chile sobre este tema. Pero en Ecuador no le dan bola y hay otros intereses. Arias dijo que el Metro no es la solución al problema del transporte. Está hecho en zigzag, la distancia entre una y otra estación es de 1 km. El costo del pasaje no será 45 centavos, como dice el alcalde, sino 90. ¿Cuántos usarán el Metro? Quedan las laderas que están pobladas de gente. Allí se quiso reproducir el transporte aéreo como el de otras ciudades de Latinoamérica, pero la Alcaldía no lo logró.
Entonces, ¿cuál es la solución al problema del transporte público?
Comprar más trolebuses porque tienen capacidad para 280 pasajeros y no hay contaminación ambiental. Hay que tomar otras decisiones, por ejemplo, el 15% de la ciudad está invadida por transporte pesado que entrega alimentos, materiales, etc. No hay que permitir su ingreso en horas de la mañana, sino en la noche. Otra solución para disminuir el tránsito y de paso conseguir más recursos es ver las ciudades europeas. Por ejemplo, en Londres hay que pagar una contribución para entrar en la City (el corazón de la capital de Inglaterra) en auto. No podemos aspirar a que todo salga gratis.
¿Cómo ve a los candidatos a la Alcaldía de esta ciudad?
Paco Moncayo, de la Izquierda Democrática, ya tuvo su turno. Estuvo 8 años en la Alcaldía, ya no es su tiempo. Juan Carlos Holguín, de CREO, es un buen muchacho, pero está en la organización de Guillermo Lasso, el eterno candidato que nunca será presidente. César Montúfar, de Concertación, ha sido un hombre tenaz y valiente en denunciar la corrupción del expresidente Rafael Correa y del exvicepresidente Jorge Glas. Me impresionó muy bien, tiene carácter, es político, académico y se codea con personas excelentes, como Fernando Carrión. Él es el mejor planificador que tiene esta ciudad. Montúfar también está con Arias, el experto en transporte.
Usted ha sido dirigente de Liga de Quito por muchos años. ¿El deporte es prioridad?
El deporte, la cultura y la lectura son esenciales para los ciudadanos. (I)