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El Telégrafo
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La propuesta del ejecutivo fue entregada a la asamblea en donde iniciará el proceso de socialización con los sectores sociales, se espera que el texto para primer debate esté en diciembre

Reforma laboral reduce la brecha salarial en empresas (Infografía y Galería)

Foto: Lylibeth Coloma/El Telégrafo
Foto: Lylibeth Coloma/El Telégrafo
16 de noviembre de 2014 - 00:00 - Redacción Política

El mayor homenaje a los cerca de 2.000 trabajadores que murieron el 15 de noviembre de 1922 por defender sus derechos fue la entrega de las reformas al Código del Trabajo, que presentó ayer el presidente de la República, Rafael Correa, en Guayaquil.

El evento multitudinario, que abarcó más de 10 cuadras a lo largo de la avenida 9 de Octubre, fue el escenario para que alrededor de 120 mil personas conocieran los avances para la clase trabajadora, que busca ampliar derechos y reivindicar a los sectores más vulnerables.

Una muestra de ello es un hecho inédito que se encamina a uno de los compromisos de Correa: la universalización de la seguridad social. Y es que las amas de casa son un pilar fundamental en el desarrollo de la sociedad y su trabajo nunca ha sido reconocido. Por ello, entre los 5 ejes que presentó a la Asamblea para mejorar el sistema laboral, se incluyó una reforma a la Ley de Seguridad Social, con la que, por primera vez en la historia del país, se reconocerá el trabajo de las amas de casa, quienes se podrán jubilar con una aportación mínima, puesto que hasta el 90% lo subsidiará el Estado.  

Para este Gobierno, el trabajo sacrificado de todos los ciudadanos que ayudan al progreso del país es importante, según detalló Correa en su discurso, por ello a su lado izquierdo por primera vez estuvo sentada una mujer, desconocida para muchos, pero que representaba al grupo más grande de trabajadoras del país, las trabajadoras no remuneradas del hogar. Teresa Bermeo tomó con aplomo el micrófono para presentarse y mostrar su agradecimiento al Presidente de la República, en nombre de su gremio y de sus hijos, quienes son el motor que desarrollan al país.

Ayer fue su debut frente a un número tan numeroso de espectadores, que llegaron de varias provincias del país. Esta movilización masiva era evidente, puesto que en las calles de la urbe había decenas de buses.

Todos querían ser parte de este acto que marca un nuevo hito para la historia laboral del país. Y la consigna de muchos no era solo estar presentes, sino que cada uno quería estar más cerca del actor principal de la revolución. Por ello, mientras el acto se desarrollaba, había una pugna entre los asistentes por llegar hasta la tarima.

En medio de este tumulto quedaron atrapadas varias autoridades, como el alcalde de Salitre, Francisco León; el decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil, Kléber Loor; y el canciller Ricardo Patiño. El primero de los tres saltó el cerco para evitar ser aplastado, mientras que los otros prefirieron escuchar el discurso junto a la ciudadanía.

Aunque el acto abarcó alrededor de 10 cuadras era en las primeras 3 en donde más se concentraron los simpatizantes del Gobierno, que ayer sumó otro gran logro: la Revolución del Trabajo, así se denominó a la jornada que se vivió ayer en Guayaquil y cuya puesta en escena tomó más de 24 horas.

92 años después de una sangrienta represión, ahora se vivía una fiesta de unidad y reivindicación de derechos, una de las características del actual régimen. Correa, durante su intervención, enfatizó que todo lo que se busca es ampliar los derechos de todos por igual, por eso, en lugar de satanizar a los sindicatos, lo que hizo fue resaltar la importancia y garantizarles la estabilidad, para que, sin miedo a perder sus puestos de trabajo, puedan organizarse y obtener beneficios justos.

Por eso, la diferencia de esta revolución es que se hace de la mano de la clase laboral, tanto así que por primera vez se pudo concretar la conformación de una Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Ya no son aquellos que arrojaban piedras en las calles en señal de protesta, ahora tienen un espacio para proponer y debatir las leyes, para buscar el bienestar común, detallaron sus fundadores, entre los cuales están los servidores públicos, maestros, trabajadoras sexuales, trabajadores privados, campesinos, comerciantes autónomos, entre otros.

Como parte de las victorias que se adjudica este Gobierno, con relación a los trabajadores, está el haber logrado que las trabajadoras remuneradas del hogar o empleadas domésticas tengan ahora un sueldo justo y gocen de todos los beneficios sociales, como décimos, horas extras, vacaciones y seguridad social, lo que antes se les había negado, recordó Correa. Hasta hace pocos años el sueldo de ellas era de $ 80 mensuales y ahora es de $340, el más alto de la región andina.

Otro sector con el que se ha hecho justicia es el de servidores públicos, puesto que la fuerza pública recibe uno de los mejores sueldos de la región. Y a eso se suma el mejoramiento de las condiciones de trabajo.

Ecuador registra en la actualidad una de las tasas más bajas de desempleo y prácticamente el pleno empleo para los ciudadanos con discapacidad. “Las demandas de los trabajadores han sido atendidas como nunca y hemos hecho aportes revolucionarios en políticas laborales. Porque se trata de dignificar al ser humano, de su trabajo por encima del capital. Por eso nadie puede negar los avances de este país”, destacó el Jefe de Estado. Además, entre las reformas se incluye que los empresarios que se retrasen en el pago de utilidades deberán cancelar los respectivos intereses.

Por todos estos logros, que fueron descritos por los representantes de los panificadores, servidores públicos y jóvenes, se escuchó un pedido generalizado que fue ratificado a viva voz por los presentes. “Reelección”, corearon en repetidas ocasiones.

Correa advirtió que todos necesitan estar en alerta para evitar que se boicotee el proceso de revolución. Y aclaró que nunca quiso la enmienda para la reelección, aunque enfatizó que estará en donde su pueblo lo necesite. “Estoy consciente del momento histórico que vivimos. Es cierto que nunca va a volver a ser lo mismo de ante, pero podemos perder mucho. Mi cargo siempre estará a disposición de ustedes, mis mandantes”, expresó el Primer Mandatario y ratificó su compromiso: “El pueblo ecuatoriano debe estar convencido de que este compañero presidente lo que menos quisiera es lanzarse a la reelección, pero que siempre, como militante, estará en donde se lo necesite”.

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