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El Telégrafo
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Entrevista / Ricardo Armando Patiño Aroca / ministro de relaciones exteriores y movilidad humana

“Queremos consolidar la vocería política de la Celac”

Foto: Marco Salgado / El Telégrafo
Foto: Marco Salgado / El Telégrafo
26 de enero de 2015 - 00:00 - Orlando Pérez, Director de El Telégrafo

Quito.-

Este 28 de enero usted cumple 5 años en el cargo de canciller ¿A qué explica haber durado tanto en este puesto? ¿Cómo mira este período de casi 5 años de gestión?

Por la confianza del Presidente. Ambos tenemos tanta sintonía política en los temas internacionales -y nacionales también- que él, como jefe de la diplomacia, siente que la política internacional está manejada con esos principios. Por eso crearemos en las próximas semanas un Observatorio del Sur de Empresas Transnacionales. Nuestra preocupación por el fortalecimiento de la integración en temas clave como el Banco del Sur, la ciudadanía universal -en particular latinoamericana-, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, son tratados en su conjunto para que  se sostengan independientemente del Gobierno. Tener 170 ecuatorianos nuevos en el servicio exterior -de un total de 380- que se han ganado su propio espacio es parte del cambio. Pero a veces no entiendo por qué después de 5 años algunos embajadores o miembros del servicio diplomático no impulsan cambios que son fundamentales. Un embajador me decía: “Es que así fuimos formados como parte de nuestra conducta diplomática: manténganse neutrales en los temas internacionales, no hagan olas”. Pero ahora, quienesentraron en las últimas 2 promociones, se van a las Naciones Unidas o delegaciones de Chile, Italia, etc.  Pero insisto, entre los viejos diplomáticos también hay muy buenos profesionales, pero también había un grupo sin iniciativa.

Esta semana Ecuador asumirá la presidencia pro témpore de Celac, ¿en qué contribuirá el país a la agenda política de la región?

Este año queremos consolidar la presencia regional de América Latina y el Caribe en el mundo, que   comenzó con las presidencias pro témpore de Chile, Cuba y Costa Rica. El contacto inicial de Celaccon la Unión Europea empezó hace 20 años, pero con China es muy reciente y avanzamos muy bien con Rusia y otras regiones. Pero también queremos consolidar una vocería política de Celac en temas de multilateralismo, aunque habrá que ponernos de acuerdo, y no siempre es fácil. Por ejemplo,  sobre el Consejo de Seguridad, el Sistema de Naciones Unidas, la nueva arquitectura financiera, los derechos humanos y el cambio climático. Tener una vocería es muy importante y estableceremos  prioridades para este año.

¿Cuáles deberían ser las prioridades para Celac?

Uno de los temas fundamentales es el cambio climático porque se viene la reunión de París donde deben tomarsedecisiones a mediano plazo; otras son las discusiones sobre la paz y la democracia, el mundo está muy agitado, aunque felizmente no en nuestra región. El Sistema Financiero Internacional, pensar no solo desde Unasur sino desde Celac es importante. Pero nosotros no queremos definir esas prioridades sino que vamos a sugerir a Costa Rica que las definamos juntos para los próximos 5 años, de modo que cada presidencia pro témpore se dedique a metas específicas, por ejemplo, en ciencia y tecnología, en talento humano, en educación superior. Actualmente 4 universidades latinoamericanas están entre las primeras 200 del mundo y eso no está bien, planteamos que en 5 años sean 12 y que trabajemos intensamente para eso. Si ahora en Investigación y Desarrollo se invierte el 0,78% del PIB, llevémoslo a 1,7% en 5 años. Es decir, hagamos propuestas globales que nos permitan configurarnos como una región desarrollada en los próximos años, quizá en 10 años, pero hay que dar esos primeros pasos. Otra prioridad es el desarrollo de infraestructura, la Cepal calcula que debemos invertir el 6,2% del PIB de la región y actualmente estamos destinando solamente el 2,8%, cómo llegar allá es uno de los temas fundamentales. Si el año pasado nos declaramos zona de paz, eso significa que debemos mantener la paz. Queremos que en 5 u 8 años se declare a nuestra región como zona libre de pobreza extrema para no seguir diciendo con vergüenza que somos la región más inequitativa del planeta.

¿Y eso es posible?

El 28 de enero vamos a poner metas: si tenemos 11,5% de indigencia o pobreza extrema  vamos a disminuir el 1% o el 1,5% anual, de manera que lleguemos a indicadores de 2% o 3% como algunos países hermanos lo tienen;  si el indicador de pobreza es de 40% o 50% vamos a bajarlo al 30%, de manera que nos sintamos solidarios y apoyemos a los países   más atrasados a avanzar. Para  desarrollar temas como la movilidad sudamericana, universal, debemos estar en condiciones más parecidas porque si no un gobierno dirá: “no quiero liberar totalmente las visas porque si un país tiene pobreza  extrema, seguro todos querrán venir acá”. Por eso generar  niveles de bienestar colectivo es muy importante... Hay definiciones concretas, medibles, cuantificables, evaluables para el desarrollo de nuestra región, y eso lo queremos hacer ahora en Costa Rica.

Canciller, el presidente Rafael Correa colocó en 2014 la tesis sobre la restauración conservadora, ¿cómo analiza esta tendencia que varios mandatarios latinoamericanos han recogido?

Hubo una preocupación del Presidente a inicios de año por los resultados políticos y electorales. Sin embargo, los pueblos lograron vencer en Bolivia, Uruguay y Brasil contra la acción de los grupos de poder que en América Latina estaban propiciando -y lo hicieron a través de intensas campañas- darle vuelta a este tema.

Unos piensan que la SIP perdió en esas elecciones…

Claro, porque tomaron una posición conjunta para desacreditar permanentemente a los mandatarios latinoamericanos llamándolos populistas y autoritarios, mientras a los mandatarios europeos les llaman líderes. Los cambios en la vida de la gente les hace creer en los gobiernos progresistas. Y al hacer un análisis histórico, creo que es inédita esa consecución de reelecciones en nuestros países, que no solo son de personas sino también de partidos, lo de Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Uruguay y Argentina es inédito.  

El año pasado hubo varios fenómenos políticos mundiales: el protagonismo de Rusia, la prevalencia de China y el debilitamiento de la influencia de EE.UU. sobre América Latina, ¿cuál es su lectura?

Un principio de nuestra política exterior es diversificar las relaciones a nivel mundial, sin eso no tendríamos el país que tenemos, simplemente no podríamos. Para lograrlo absorbimos del mundo todo lo que nos podía dar. Nuestras centrales hidroeléctricas, en su mayoría, están financiadas por China; el Banco Mundial o los organismos internacionales de crédito no nos habrían dado 2 reales -como efectivamente dijeron, que íbamos a ser la paria del sistema financiero internacional- hasta que se dieron cuenta de que florecíamos y ahora nos están ofreciendo créditos.   

¿La estrategia fue el multilateralismo?

Antes del multilateralismo fue el fortalecimiento de la integración sudamericana y latinoamericana. Aunque sus resultados concretos todavía no puedan verse porque el Banco del Sur aún no abre sus puertas o no tenemos una escuela Sudamericana de Defensa, ya hay muchas cosas por avanzar. Sin embargo, la coordinación de los presidentes en América Latina y el Caribe hace que los resultados en algunos casos sean inéditos y contundentes. Por ejemplo, cuando logramos que la OEA -porque Unasur y Alba ya lo habían dicho- se pronuncie para que Reino Unido no  entre a nuestra embajada para sacar a Julian Assange, ese fue un golpe político fundamental; así como cuando reaccionamos contra los ‘fondos buitre’. Y aunque la reacción en el caso de Bolivia (cuando hicieron bajar el avión del presidente Evo Morales) no fue contundente, hace ver que la región ya no está sometida o atomizada como en el pasado.

Pero la Alianza del Pacífico también registra avances...

Creo que sí. La Alianza del Pacífico es claramente política y legítima. En muchas ocasiones no coincide con el planteamiento del conjunto de países, pero hemos tenido el cuidado de poner por encima los elementos que nos acercan y nos identifican, y en aquellos en los que no coincidimos los dejamos pendientes. Quisiéramos que Celac y Unasur se pronuncien sobre todos los temas, pero no se puede, respetamos esa diferencia.

Con respecto a los gabinetes binacionales con Colombia y Perú, de iniciativa ecuatoriana, ¿qué proceso se gesta ahí?  

Los gabinetes podrían constituirse de figuras decorativas, pero por la metodología que tenemos en  Ecuador son espacios de planificación y coordinación que ofrecen resultados efectivos para la gente. Hemos desafiado un sistema de revisión sobre cómo avanzan los acuerdos a un espacio donde tomamos decisiones, en el caso de Colombia, de poner a nuestros ministerios de Planificación a trabajar en objetivos conjuntos. Y así lo hicimos también con Perú. No es solamente para conversar sobre algunos temas como ejes viales -aunque lo vamos a hacer-,  hablamos de combatir la minería ilegal, mejorar la conectividad, sobre cómo disminuir la mortalidad infantil en la frontera, la gestión de riesgos y mucho más.

Pese a las diferencias ideológicas entre los mandatarios...

Por supuesto, porque si hablamos de nuestras fuentes hídricas, esas están ahí, seamos de derecha o de izquierda. Y en aquello que no nos entendemos, por ejemplo, si se trata de pronunciarnos sobre la política de EE.UU. en Irak, bueno, no nos pronunciamos y seguimos avanzando en la gestión de riesgos, educación y salud, porque eso mejora la calidad de vida de nuestros pueblos.  

Ecuador ha sido firme en su política sobre Cuba, por ejemplo, al no asistir a la cumbre a la que  Raúl Castro no fue invitado. ¿Cuáles son  los principios fundamentales respecto a la situación de Cuba?

El Presidente lo ha dicho en algunas ocasiones, preferimos quedarnos solos, pero sostener los principios de nuestra política internacional, una política de soberanía y dignidad. No puede un país decir: “yo le pongo una sanción a este otro”,  tratar de asfixiar a un país es absolutamente ilegal en política internacional.  

¿Cómo lee la Cancillería ecuatoriana el reencuentro entre EE.UU. y Cuba?

Fue un hecho importante liberar a 3 de los 5 ciudadanos cubanos que estaban cumpliendo condenas injustas en EE.UU.; y Cuba tuvo el mismo gesto con un ciudadano norteamericano, pero hay que leer con cuidado. La decisión del presidente Barak Obama es valiente porque sabe de la reacción negativa en su país. Sin embargo, algunos funcionarios estadounidenses y la prensa leen esto como un favor cuando se trata de un reconocimiento al fracaso de la política de boicot de EE.UU... Cuba sabrá si mantiene o no su sistema político, pero no porque EE.UU. lo ha decidido. Si deciden hacer política como nosotros, si tienen medios como los nuestros, soloCuba deberá decidir. No olvidemos que el sistema político de Cuba y China se parecen bastante, pero no sé si a EE.UU. se le pueda ocurrir decirle a China que debe cambiar su sistema político porque hay una diferencia de tamaño y de comprensión geopolítica mundial. ¿Ahí China les podría decir?: “Páguenme la deuda externa que me están debiendo”.

Otro tema que causó revuelo fue la votación de Ecuador sobre el tema Corea, ¿por qué votaron así?

Acá los medios tergiversaron el tema, se  planteó como un respaldo a Corea del Norte cuando la discusión era si los derechos humanos son un asunto que se debe dilucidar en el Comité de  Derechos Humanos o en el Consejo en Ginebra, donde 5 países tienen el poder del veto.A través del sistema de seguridad se intenta castigar a un país y mañana lo harán con cualquier otro. Si se decidió evitar eso y mandar los temas a Ginebra, sigámoslo haciendo, porque si no vamos a  llevar ad hoc a cada país que no nos guste, que no le guste al poder imperial. Nosotros dijimos: no lo podemos aceptar, nos puede pasar a nosotros o a otro país.

Una de las personas que más criticó aquello fue un excanciller que en 2 ocasiones se abstuvo de votar contra Augusto Pinochet...

Y que le ofrecieron la condecoración a Jorge Rafael Videla (dictador argentino). Además, fue canciller del gobierno ilícito de Fabián Alarcón y el que estuvo detrás de la base de Manta. Uno podría discutir estos temas con un político o funcionario  ecuatoriano, pero ese señor no tiene autoridad moral para decir algo sobre la política internacional.

Sobre la relación con China, considerando el valor que tiene en la geopolítica mundial, ¿qué implica eso para Ecuador?, ¿qué beneficios adquiere China?

Nuestra posición es tener amigos en todo el mundo, relacionarnos  también con Europa -estamos por firmar un acuerdo comercial-, con EE.UU. también, con nuestra región, con África. Este será el año de la consolidación de relaciones con África, un continente que  tendrá un papel protagónico de aquí a 10 o 20 años. En 2016 seremos sede de un encuentro entre América del Sur y África.

Alguna gente trata de entender la política internacional de manera caricaturesca y dicen que ahora los ecuatorianos hablarán chino porque estamos en manos de China, pero no es así. Es una relación de respeto y así lo reconocen los representantes del Gobierno chino. La relación entre ambos países -lo dijo el presidente Xi Jinping- es estratégica y no la tienen con todos los países del mundo. El resultado concreto es que buena parte de los créditos que tenemos con China son concesionales, inicialmente eran créditos comerciales, mucho más caros y en otras condiciones, pero esa relación va avanzando. ¿Qué gana China? Le permite ingresar a la región y mantener una relación más amplia en temas culturales, económicos, etc. Para China es importante porque somos de Unasur, tenemos la presidencia pro témpore de Celac, pero, en general, Ecuador tiene un nivel de respetabilidad. Nosotros también nos beneficiamos de una relación estratégica con un gigante como China, por su importancia comercial, geopolítica, financiera y cultural. El beneficio es mutuo.

Entonces, veamos ahora ¿cómo se explica el canciller que el país adquiere el reconocimiento de “el milagro ecuatoriano”?

El denominado ‘milagro ecuatoriano’ no tiene un significado ideológico sino  pragmático. El gobierno del presidente Rafael Correa es claramente revolucionario y transformador porque ha logrado resultados en todos los ámbitos, tenemos uno de los mejores  índices de crecimiento, de reducción de inequidad y pobreza, la mejor vialidad, las escuelas del milenio, Yachay (Ciudad del Conocimiento), es decir, todo. Y se suma una política internacional de transformación con importantes iniciativas. Ahora, cuando Ecuador hace planteamientos, dicen: “¿qué cambios quieren hacer ahora?”.

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