La consulta popular es un hecho; y para el 2 de octubre próximo el presidente de la República, Lenín Moreno, anunciará oficialmente el contenido.

Antes de su viaje a Estados Unidos, el Mandatario dejó grabado el espacio de los lunes El Gobierno Informa. Allí se refirió a su decisión.

“Vamos a la consulta popular, quiero agradecer el apoyo de ustedes, celebro que se haya abierto un sano diálogo acerca de las preguntas. A quienes quieran hacerlo, les pido enviarlas a mi despacho máximo hasta el 26 de septiembre, pues el lunes 2 de octubre presentaré oficialmente el contenido de la consulta”, informó.

Aquellos serán días decisivos para el país. El mismo 26 el Consejo Consultivo Tributario entrega sus propuestas. Y el 28 el Gobierno presenta el plan económico. En una sola semana Moreno lanzará sus apuestas políticas y económicas.

Ahora está confirmado que el país entrará a un nuevo proceso eleccionario. En los 38 años de vida política, desde el retorno a la democracia, la consulta, plebiscito o referéndum han sido los mecanismos que los gobiernos de turno han utilizado para introducir cambios en la estructura del Estado.

El objetivo político es claro: apalancar sus tesis con el respaldo ciudadano, aunque no todas han salido exitosas.

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Contexto histórico

Y es que en ocho ocasiones y en cinco diferentes gobiernos se activó esta herramienta, sin contar con el referéndum del 15 de enero de 1978, ya que el país aún era gobernado por un triunvirato militar.

En el mandato de Jaime Roldós Aguilera hubo un intento de plebiscito para que los ciudadanos se pronuncien si le otorgaban la facultad de disolver el Poder Legislativo.

El Ejecutivo afrontaba entonces una arremetida del Congreso al punto de poner en riesgo la naciente democracia. Tras meses de diálogos, finalmente esto no se concretó.

En 2 ocasiones, la ciudadanía votó en contra de una propuesta del Ejecutivo. Fue en los gobiernos de León Febres-Cordero y de Sixto Durán-Ballén en que los ciudadanos  dijeron No. Aunque el segundo tuvo el respaldo en una primera consulta popular.

En las restantes convocatorias, la mayoría de los ecuatorianos apoyaron las iniciativas del Ejecutivo. A criterio de analistas, debido a que  aprovecharon la aceptación popular que tenían en ese momento.

Un termómetro de aceptación

Para César Ulloa, catedrático de la Universidad de Las Américas (UDLA), cuando un gobierno opta por la consulta popular, se busca una legitimidad a través de la aceptación popular. “Un Presidente hace uso de este recursos de democracia directa en un momento en que goza de mayor aceptación, lo contrario sería un suicidio, es decir, hacerlo en un momento en que tiene poco porcentaje de aceptación”.

Advierte que aun cuando goce de cierto respaldo no necesariamente implica que pueda ganar. “La aceptación es coyuntural, en 2006 el expresidente Alfredo Palacio realizó una consulta con preguntas obvias, como si estábamos de acuerdo con que se incremente la proforma presupuestaria para la educación, depende entonces del contenido de la pregunta y el juego de alianzas”.

De todas formas sostiene que el hecho de que el gobierno tenga alta aceptación y credibilidad no le garantiza que pueda ganar. “Ahí se pondrá a prueba la maquinaria electoral, por ejemplo, del expresidente Correa, que pueda hacer que fracase o no”.

Según el docente de la Universidad de Guayaquil, Winston Alarcón, el problema está en si se quiere realizar una consulta sobre temas protegidos por la Constitución. “No se puede preguntar aspectos definidos en la Constitución; eso está prohibido por la misma, si quieren hacerlo deberían ir a una Constituyente”, dijo. (I)

CONTEXTO

El presidente Lenín Moreno se refirió por primera vez a la posibilidad de una consulta, el pasado 28 de agosto, durante el espacio ‘El Gobierno Informa’.

El anuncio lo efectuó horas después de que se instaló la audiencia de vinculación contra el vicepresidente Jorge Glas, dentro del caso Odebrecht.

Políticos de oposición de inmediato plantearon la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y la derogatoria de la Ley de Comunicación, entre otros, como temas de una posible consulta. (I)

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