Martha Pastuña pudo aprobar un curso de chocolatería para ayudar en su economía familiar y Vilma Perugache se matriculó en otro sobre cómo emprender un negocio.

Ambas mujeres habitan en el plan de vivienda estatal San Francisco de Huarcay, en el sur de Quito. Aquí los moradores tienen diferentes opciones de formación educativa, salud, liderazgo y construcción.

Esto gracias a un acuerdo entre el Gobierno y la empresa privada.

El convenio fue renovado por dos años este miércoles,  entre la Secretaría Técnica del Plan Toda Una Vida y la Fundación Alianza Suiza.

Asistieron al acto la presidenta ad honorem del comité interinstitucional del Plan Toda Una Vida, Rocío González; la secretaria técnica del Plan Toda Una Vida, Isabel Maldonado, la embajadora de Suiza, Rita Hämmerli-Weschke, entre otras autoridades.

Osvaldo Rodríguez, presidente de la Alianza Suiza, dijo que este modelo de Huarcay podría replicarse en el país.

En presencia de González y de la embajadora de Suiza en Ecuador, Rita Hämmberil-Weschke, recibieron sus títulos como técnicos en albañilería 22 habitantes de la urbanización.

La Primera Dama saludó el proyecto, del que se benefician a muchas mujeres. Catorce de ellas se graduaron en esta jornada, como parte de la estrategia de fortalecimiento comunitario.

Rocío González indicó que el objetivo es “hacer un mejor sitio para vivir y salir adelante”.

Apuntó que desde el inicio de este Gobierno, junto al presidente Lenín Moreno se ha trabajado para construir entre todos una sociedad inclusiva.

Para ello se estructuró el Plan Toda Una Vida, que atiende, de manera particular, a niñas, madres, abuelas, mujeres con discapacidad y cuidadores de personas con discapacidad.

El coordinador del proyecto Supérate en Huarcay, Alejandro Muñoz, dijo que como parte del convenio entre el Gobierno y la empresa privada se imparten ocho módulos durante 8 meses, con una metodología de aprender haciendo. (I)