Locales y almacenes de zona comercial atendieron hasta las 14:30
Pese a cierre de la Bahía no todos los comerciantes se unieron a la marcha
La acostumbrada agitación que a diario se observa en los negocios de la Bahía, en el centro de Guayaquil, cambió repentinamente desde las 14:30.
Como estaba previsto en la convocatoria que efectuó el excandidato a asambleísta por el PSC-Madera de Guerrero y dirigente de este sector, Juan Narea, de unirse a la marcha ‘Guayaquil protesta’, los dueños y locales de este populoso centro de comercio urbano empezaron a cerrar sus puertas.
En un recorrido por las denominadas bahías de Villamil y Huayna-Cápac, el movimiento comercial hasta antes de las 14:00 se desarrolló de manera habitual: vendedores voceando sus productos, compradores y curiosos que iban de un lado a otro esperando adquirir algún artículo, mientras de a poco las intersecciones de la avenida Olmedo y malecón Simón Bolívar empezaron a cerrarse al paso vehicular.
A partir de entonces el panorama cambió: los comerciantes comenzaron a acomodar sus productos en el interior de los módulos y a cerrar las puertas enrollables.
Algunos, con bandera de Guayaquil y camisetas blancas se encaminaron hacia la calle Eloy Alfaro y Av. Olmedo, donde estaba prevista la concentración de los comerciantes para dirigirse a la avenida Nueve de Octubre.
Pero no todos tenían el mismo objetivo: hubo quienes aprovecharon el ‘asueto’ otorgado por la dirigencia para irse a sus casas y no participar en la marcha. “Nosotros vivimos de lo que vendemos a diario y hoy es un día perdido, mejor me voy a la casa”, se lamentó una comerciante de ropa deportiva de la Bahía Villamil que omitió su nombre, pues sostuvo que no quiere problemas con los dirigentes que son afines al alcalde Jaime Nebot.
Otros, en cambio, sí decidieron ir a la convocatoria. “Vamos a defender nuestros trabajos, no queremos más impuestos”, manifestó un comerciante que provenía de la Asociación Asisclo Garay y que decidió cerrar su módulo más temprano.
A las 15:00, la zona comercial se convirtió en un paraje desolado. Sea porque marcharon por voluntad propia, por obligación o decidieran no asistir, la Bahía quedó desolada. Apenas algunos almacenes quedaron abiertos solamente para realizar inventarios, según una empleada de una importadora ubicada en el malecón.
A esa hora, Juan Narea alistaba a los comerciantes que se aglutinaron en la calle Eloy Alfaro. Ratificó que a nadie se le obligaba a participar y que se trataba de una manifestación pacífica y cívica. Mientras que en la avenida 9 de Octubre se observó cómo se tomaba lista a los comerciantes. (I)