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El Telégrafo
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Guillaume Long asume la Cancillería

Patiño es el octavo ministro de Defensa de este Gobierno

Patiño es el octavo ministro de Defensa de este Gobierno
Foto: Archivo/ El Telégrafo
04 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Política

Los cuadros nuevamente se movieron en el gabinete ministerial. Ricardo Patiño se despidió de la Cancillería y horas después recibió de Fernando Cordero la cartera de Defensa.

En Twitter circularon las imágenes de una breve ceremonia en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Patiño agradeció a sus colaboradores tras 6 años de gestión y entregó su despacho a Guillaume Long, quien deja la cartera de Cultura.

Tras ese acto, Patiño se dirigió a la Recoleta, en Quito, donde funciona el Ministerio de Defensa. Allí recibió el cargo de manos de Fernando Cordero, quien renunció al puesto el pasado martes.

Cordero escribió una despedida en Twitter. “Luego de 9 años intensos en los que hemos participado, sin horarios ni calendario, en la minga ciudadana para transformar nuestro país, regreso a mi tierra, a mi universidad, a mi vida profesional y ciudadana, y sobre todo a seguir en la minga desde mi puesto de siempre”.

Y continuó: “Gracias a todos por darme tantas oportunidades de servir a la patria. Gracias amigos y compañeros: Rafael, Lenín, Jorge, asambleístas, compañeros del Gobierno, por nunca amilanarnos ni detenernos”. Cordero cerró su mensaje con un “seguimos en la minga... porque en la lucha del pueblo... ¡Nadie se cansa!”.

El Ministerio de Defensa es una de las carteras que más rotación ha tenido en el gobierno de Rafael Correa. En 9 años de administración, 7 personas han sido el puente entre el poder político y las Fuerzas Armadas. Ese número solo se repite en las secretarías de Transporte y Obras Públicas y Cultura.

Correa inició su gestión con un hito en el Ministerio de Defensa. Por primera vez un mandatario se atrevía a nombrar para ese puesto a una mujer, concretamente a la cuencana Guadalupe Larriva. Era la máxima dirigente del Partido Socialista, una formación que acompañó al economista desde que era un desconocido candidato.

En Ecuador era una tradición nombrar como ministro de Defensa a un militar retirado. Casi siempre el designado era un general en servicio pasivo. La excusa era “tiene experiencia” y por eso se convirtió en un puesto casi exclusivo de uniformados.

Así que nombrar, primero a un civil, y luego a una mujer, era todo un suceso en Ecuador. Pero era una corriente que inició en Europa y luego llegó a América. En Chile, en el período de Ricardo Lagos, Michelle Bachelet fue su ministra de Defensa.

Pero Larriva duró solo 9 días en el puesto debido a que murió en un accidente aéreo. La tragedia enlutó al Gobierno y de hecho todavía Correa lo recuerda como uno de los días más difíciles de su gestión. El reemplazo fue Lorena Escudero, otra mujer cuencana.

Y a partir de allí se sucedieron los nombres. Ahora Fernando Cordero también deja el Ministerio de Defensa tras una larga carrera en el Gobierno. Fue vicepresidente de la Asamblea Constituyente y asumió la titularidad tras la renuncia de Alberto Acosta.

En el cargo cumplió con los tiempos y en 8 meses terminó con la redacción de la nueva Carta Magna. Luego lideró la Comisión Legislativa, el congresillo que se conformó tras la disolución de la Constituyente. En las elecciones de 2008 encabezó la lista de asambleístas nacionales de PAIS y estuvo al frente del Legislativo por 4 años.

En 2013 obtuvo la reelección, pero nunca asumió para dejar el paso a Gabriela Rivadeneira como presidenta de la Asamblea. Correa lo nombró presidente del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y posteriormente ministro de Defensa.

Pero antes de la irrupción de Rafael Correa en la política, Cordero ya tenía experiencia. Fue alcalde de su ciudad natal, Cuenca, desde 1996 a 2005. Perdió la reelección en manos del actual burgomaestre, Marcelo Cabrera. Y en esto hay una especial anécdota: PAIS se desquitó en las siguientes elecciones, en 2008, cuando Paúl Granda le arrebató el municipio azuayo a Cabrera. Este a su vez devolvió el golpe en 2014 cuando impidió la reelección de Granda y se quedó con la alcaldía ‘morlaca’.

Ahora Patiño, uno de los mayores gestores políticos que tiene el Gobierno, asume la cartera de Defensa, en medio de una polémica con los militares por el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa).

El Gobierno exige la devolución de $ 41 millones que el Ministerio del Ambiente pagó en exceso por la compra de terrenos donde ahora se asienta el Parque Samanes de Guayaquil. Los militares en servicio pasivo niegan el sobreprecio y denuncian un supuesto ataque a las Fuerzas Armadas (FF.AA.).

La polémica le costó el puesto al alto mando militar anterior. Esa cúpula discrepó públicamente con el presidente Correa, quien ordenó su destitución.

Los retos de Patiño

Ricardo Patiño deberá zanjar esa polémica y llevar la calma a los cuarteles. Pero también será quien aplique los dos últimos acuerdos ministeriales firmados por Cordero. El uno para democratizar el acceso a las escuelas de oficiales y el segundo para eliminar la segregación con la tropa en los espacios físicos.

Toda una proeza para alguien acostumbrado a retos. Fue Patiño quien encabezó aquella marcha el 30 de septiembre de 2010 para liberar a Rafael Correa, quien estaba atrapado en el Hospital de la Policía, en Quito. Esa operación le valió varios golpes al entonces canciller por parte de los gendarmes insurrectos.

Patiño también fue el que encabezó los diálogos con las bases de Alianza PAIS y los movimientos sociales tras las protestas por las leyes de herencia y plusvalía.

Patiño pidió vacaciones en el Ministerio de Relaciones Exteriores y dialogó. Al final de su vacancia el rechazo en las encuestas a ambas normas disminuyó considerablemente. El funcionario retomó su despacho.

Patiño, como nuevo ministro de Defensa, mantuvo ayer en la tarde su primera reunión con el Alto Mando Militar, con la finalidad de tratar temas de interés nacional.

Al finalizar el encuentro,  afirmó que recibió de Fernando Cordero  información para  definir un cronograma  y  planificar su trabajo la próxima semana. Señaló la necesidad de trabajar en conjunto con la institución militar para alcanzar los objetivos planificados y avanzar a una cultura de paz.  

El nuevo canciller

Guillaume Long estuvo al frente del Ministerio de Cultura y Patrimonio desde el 26 de marzo de 2015. Su principal tarea allí era impulsar la ley del sector, que lleva años postrada en la Asamblea Nacional y que es uno de los mandatos de Montecristi.

Long ha desempeñado varios cargos en la administración de Rafael Correa, entre ellos el de ministro coordinador de Conocimiento y Talento Humano. Fue presidente del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces), desde el 11 de agosto de 2011 hasta el 6 de mayo de 2013.

Fue durante su período que se cerraron las universidades que no cumplían con criterios mínimos. A esa medida se llegó luego del examen que él encabezó.

Long tiene un Ph.D. del Institute for the Study of the Americas, de la Universidad de Londres, una Maestría en Ciencia Política de la misma institución y un Bachelor (Hons) en Historia por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres, Reino Unido.

Fue profesor del Programa de Relaciones Internacionales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Ecuador). Además, fue columnista de diario EL TELÉGRAFO. Desde mayo de 2014 ocupa la presidencia de la Comisión de Relaciones Internacionales del Movimiento Alianza PAIS. (I)

DATOS

La polémica con el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) tiene su origen en la venta de lotes de Samanes al Ministerio del Ambiente para construir allí un parque.

El Gobierno detectó que la venta tuvo un sobreprecio, puesto que se realizó en un avalúo que ubicaba el costo en $ 48 millones cuando el Municipio guayaquileño consideraba que era de $ 7 millones.

Entonces el Gobierno dispuso corregir el error y devolver el exceso, pero el Issfa se opuso. La Procuraduría intervino y en diciembre pasado ordenó arreglar la falla.

Para 2016 la polémica trasciende a los medios y un grupo de militares retirados, liderado por Fausto Cobo, protesta afuera del Ministerio de Defensa y declara persona non grata a Fernando Cordero.

En febrero, el presidente Rafael Correa ordena al Ministerio de Finanzas descontar los $ 41 millones de sobreprecio. Al día siguiente, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas emite un pronunciamiento público en el que discrepa con la posición del Primer Mandatario.

Correa destituye a la cúpula militar y nombra a sus reemplazos inmediatamente. En el debate público surgen nuevas aristas, como las diferencias entre la seguridad social de los civiles con la de los militares.

El gobernante aprovecha el momento político para pedir cambios en las asimetrías de las pensiones entre oficiales y miembros de tropa retirados.

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El ministerio rindió cuentas

En seguridad se invirtieron $228 millones

El Ministerio Coordinador de Seguridad (MICS) ofreció su rendición de cuentas en presencia de estudiantes, docentes, autoridades locales, nacionales y ciudadanía en general en la Universidad de Guayaquil.

El ministro César Navas indicó que con una inversión que bordeó los $ 228 millones  en 2015, el sector seguridad fortaleció el trabajo, mediante políticas públicas de seguridad integrales y participativas en beneficio de la ciudadanía.

Con esos recursos se crearon 453 Unidades de Policía Comunitaria, 11 Unidades de Vigilancia Comunitaria, 2 laboratorios de criminalística con tecnología de punta y se sumaron 6.000 efectivos policiales. Eso permitió reducir la tasa de homicidios, que pasó de 17,79 en 2006 a 6,44 en 2015, por cada 100 mil habitantes.

Los recursos, además, permitieron la recuperación de las capacidades operativas de las FF.AA.: 18 aviones Súper Tucano, 9 helicópteros y 2 submarinos. También se entregaron 522 viviendas fiscales nuevas y equipadas. (I)

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